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Triunfo de la libertad religiosa

  • 27 enero 2020 /

Noé Vega

La libertad religiosa en nuestro país como derecho constitucional ha sido por mucho tiempo un asunto marginal de la ley y la justicia, pero eso ha comenzado a cambiar con decisiones del Máximo Tribunal de Justicia como la emitida en agosto de 2019, sobre la demanda de 5 jóvenes que pidieron protección para practicar sus creencias y que les sea respetada su objeción de conciencia. Contrario a otros países como Estados Unidos, donde el derecho a la libertad religiosa es reconocido y defendido con toda la fuerza de la ley por los ciudadanos norteamericanos, acá este derecho ha sido totalmente marginal para la justicia.

Es que la libertad religiosa es un derecho fundamental en toda sociedad democrática, ya que permite que todo ser humano pueda en materia religiosa adorar según su propia conciencia y convicciones, algo que se considera fundamental en un clima de libertad democrática y de seguridad jurídica para cualquier ciudadano. Cuando la libertad religiosa es violentada o conculcada, es siempre el inicio de una secuela de violaciones a libertades fundamentales que en la mayoría de los casos termina en la dictadura y el totalitarismo, por eso es que este derecho reviste tanta importancia y las decisiones judiciales cobran tanta relevancia para la vida de una nación.

Porque la libertad religiosa se inscribe para promover la libertad, pero también para proclamar la tolerancia religiosa que permite que las distintas confesiones religiosas puedan coexistir en un clima de respeto y que la autoridad no se inmiscuya en la conciencia interna del ciudadano más allá de lo que manda el orden público. En ese sentido, la sentencia de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, amparando el derecho a la libertad religiosa de 5 jovencitas y ordenando la creación de una política antidiscriminación religiosa, no solo crea un antecedente jurídico de gran relevancia, sino que pone sobre la mesa la protección y la tutela judicial sobre un derecho fundamental de toda sociedad democrática.

La decisión de los máximos jueces del país al conceder la demanda de estas jóvenes, pone de manifiesto que el tema religioso está dejando la marginalidad histórica que ha tenido y que está penetrando en la mentalidad y en la discusión con toda seriedad de los más altos jueces del país.

Sin ser expertos en materia de libertad religiosa, los magistrados han desglosado en su sentencia una serie de conceptos y consideraciones legales relacionados con la libertad religiosa que serán objeto de estudio y discusión por el foro hondureño. Esa decisión judicial constituye un triunfo para la libertad religiosa y una derrota para el abuso, el equívoco laicismo que proclaman nuestras universidades y la fe de estas jovencitas.