08/11/2024
01:15 AM

Barack Obama se impone

El Partido Demócrata de Estados Unidos escogió ya a su candidato presidencial. El senador Barack Obama, con el apoyo de los superdelegados a la convención y tras una demostración clara de simpatía hacia él por amplios sectores del país...

    El Partido Demócrata de Estados Unidos escogió ya a su candidato presidencial. El senador Barack Obama, con el apoyo de los superdelegados a la convención y tras una demostración clara de simpatía hacia él por amplios sectores del país, se impuso a la favorita, Hillary Clinton, tras una larga y costosa campaña electoral.

    El desenlace se produjo hasta que transcurrieron todas las elecciones estatales, ya que la senadora, considerada como tenaz y perseverante, prolongó la campaña para no desaprovechar cualquier posibilidad, aunque mínima, para llevarse la candidatura del partido. Ahora, con un candidato electo, toca al Partido Demócrata unirse y convencer a los partidarios y simpatizantes de la senadora Clinton que deberán sumar votos, necesarios para derrotar a los republicanos.

    Esta tarea no será fácil después de una dura campaña en donde los enfrentamientos verbales y las zancadillas de los respectivos comités de campaña estuvieron presentes. Además, ante un voto flotante e independiente bastante arraigado en EUA habrá que desarrollar una dura tarea de convencimiento.

    La propuesta de los demócratas goza de muchas posibilidades de triunfo. Han logrado establecer una línea divisoria clara entre ellos y los republicanos que siguen enarbolando el impopular tema de la guerra y su continuación como la solución para los problemas de seguridad de EUA. Asimismo, ante la incertidumbre sobre el rumbo de la economía norteamericana y mundial las propuestas de los demócratas podrán ser decisivas para el triunfo. Después de un abandono de los instrumentos de regulación de la economía durante muchos años, ahora la propuesta de la economía de la oferta se muestra agotada y poco atractiva para la recesión de la economía.

    La reiterada receta republicana de bajar los impuestos a sectores pudientes para impulsar la economía no convence como mecanismo de salvación en una situación donde la desconfianza y el riesgo son altos.

    La brecha entre ricos y pobres crece en la potencia mundial y en tiempos de recesión amenaza con agrandarse por la debilidad en que han caído las instituciones de previsión y la red social. Sin duda que mucho del debate que comienza se centrará en el tema económico-doméstico y la esperanza de los norteamericanos es producir un cambio a favor de más oportunidades para sectores relegados a un segundo plano.

    Obama, al parecer, quiere precisamente ser un presidente para esos sectores y convertirse en el gran reformador del imperio. Veremos.