The New York Times
Por: Jack Nicas/The New York Times
PONTA GROSSA, Brasil — Había una fiesta en el convento. Un bailarín de break dance, que se presentó como el Mago, hacía volteretas hacia atrás. Otro giraba sobre su espalda. Había un rapero, dos camarógrafos y un auto estilo lowrider con un sistema de sonido en la cajuela y el bajo a todo volumen.
En medio de todo estaban la hermana Marizele Rego y la hermana Marisa Neves —repentinamente las monjas estrella de Brasil— y su grupo de bailarinas con hábitos, cruces y velos.
Las monjas estaban grabando el video musical de su nueva canción, “Vocación”, que se había convertido en un éxito desde que la hermana Marizele cantó el pegadizo estribillo e hizo beatboxing mientras la hermana Marisa bailaba en sincronía en un programa de televisión católico brasileño tres semanas antes.
El videoclip resultante dio la vuelta al mundo, acumulando decenas de millones de vistas. Hubo memes, imitaciones y presentaciones en la televisión nocturna. Dios las había hecho virales para atraer a más jóvenes a la iglesia, dijeron, y estaban intentando llevar a cabo su misión.
“¿Por qué algo tan simple y espontáneo adquirió tal magnitud?”, preguntó la hermana Marizele. “Porque el Espíritu Santo quiere tocar el corazón de la gente”.
“Pero además del Espíritu Santo, también está el algoritmo”, añadió.
Conectar con los fieles en línea
La hermana Marizele, de 46 años, y la hermana Marisa, de 41, forman parte de un movimiento más amplio en la Iglesia Católica para soltarse, relajarse y conectar con el público más joven donde se encuentra: en línea.
En Brasil, el País católico más grande del mundo, la Iglesia tiene años de estar perdiendo devotos. Menos del 57 por ciento del País de 200 millones de habitantes se identifica ahora como católico, contra el 83 por ciento hace 30 años, revelan datos gubernamentales publicados en junio.
Para frenar esta pérdida, influencers católicos, estrellas de pop y bandas de rock están interviniendo. Algunos sacerdotes brasileños —musculosos, guapos y afinados— han atraído en conjunto a decenas de millones de seguidores en Instagram.
Las monjas Marizele y Marisa pertenecen a las Hermanas de la Redención Copiosa, una congregación de 35 años de antigüedad en el sur de Brasil, compuesta por unas 80 monjas y 25 hermanos religiosos, que se centra en la rehabilitación de jóvenes drogadictos.
En mayo, las monjas participaron en un programa de entrevistas católico para promocionar un retiro para atraer a nuevas monjas. En el programa, la hermana Marizele comenzó a cantar “Vocación”, una canción que su congregación había escrito años atrás sobre el llamado de Dios al servicio. Pero había añadido un nuevo estribillo: “Voc-a-çao, oh, ohh”.
La hermana Marisa dijo que no podía evitar bailar, y el diácono que las había estado entrevistando se les unió.
Un videoclip de 30 segundos de ese momento ha sido visto en TikTok más de 34 millones de veces.
En cuestión de días, más de 50 mujeres se comunicaron con el convento respecto a ser monjas; normalmente reclutan a unas cuantas al año.
En la calle, fans les han pedido selfis. “Les pedimos un Ave María por foto”, dijo la Hermana Marizele.
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