Por: Catrin Einhorn/The New York Times
Los paneles solares en las iglesias fueron inspirados por las Escrituras.
Igual sucedió con las luces LED, las estaciones de carga para vehículos eléctricos, los jardines de polinizadores endémicos y parcelas de alimentos orgánicos, el compostaje y el enfoque en consumir menos y reutilizar más.
Los cristianos evangélicos que impulsan estas iniciativas en Indiana afirman que, al asumir esta labor de sanación del planeta, siguen el mandato bíblico de cuidar la creación de Dios.
“Es un movimiento discreto”, afirmó el reverendo Jeremy Summers, director de la Red Ambiental Evangélica, una organización sin fines de lucro con proyectos en todo Estados Unidos.
En Indiana, un conjunto de iglesias y universidades evangélicas ha estado compartiendo ideas y lecciones sobre cómo expandir estas iniciativas, conocidas ampliamente como cuidado de la creación.
Guardianes del planeta
Comunidades religiosas de todo tipo han cuidado la naturaleza a lo largo de la historia, y muchas han asumido causas ambientales en las últimas décadas. Algunos líderes religiosos, como el Papa Francisco, han hecho del medio ambiente un tema central y han hecho un llamado a la acción contra el cambio climático.
Pero los esfuerzos en Indiana destacan porque se realizan en comunidades que no han estado tan involucradas.
De todos los principales grupos religiosos de Estados Unidos, los protestantes evangélicos son los que menos probabilidades tienen de escuchar sobre el cambio climático durante los sermones, revela una encuesta del Pew Research Center, y los que menos consideran el cambio climático global como algo grave. Ahora, redes de evangélicos buscan cambiar eso.
“Si lo enmarcas como ambientalismo, o si lo enmarcas como combatir el calentamiento global, de repente se politiza mucho”, dijo el reverendo Nate Pyle, pastor principal de la Iglesia Comunitaria de Cristo en Fishers, Indiana. “Cuando lo enmarcas como custodiar o cuidar la creación que Dios nos ha dado, la gente se muestra más receptiva”.
En el 2021, el comité de cuidado de la creación de su iglesia lideró una iniciativa para instalar paneles solares en el edificio. Algunos miembros cuestionaron la medida, dijo Pyle. Pero parecieron cambiar de opinión tras enterarse de que la iglesia los financió mediante subvenciones y donaciones privadas, y que los paneles ahorrarían en costos de energía, dijo.
En la Iglesia Grace, en la cercana Noblesville, un comité para el cuidado de la creación llamado Proyecto Edén ha convertido unas cuatro hectáreas en una pradera de plantas endémicas. Los miembros tienen intereses diversos, comentó Hannah Miller, voluntaria del comité y que trabaja para la iglesia.
“Lo que los unió fue ver el cuidado de la creación como parte integral de su forma de expresar su amor por Dios y por las personas”, dijo Miller.
Las universidades también participan. Dos instituciones cristianas, Indiana Wesleyan y Taylor, son hogar de profesores y estudiantes que participan activamente en el movimiento.
Jennifer Noseworthy, profesora de biología en Indiana Wesleyan, en Marion, estudia cómo los jardines de plantas endémicas apuntalan las poblaciones de abejas nativas. En el 2022, colaboró en la creación de una licenciatura en ciencias ambientales, comentó.
“Sabíamos que era algo que los estudiantes buscaban, particularmente aquellos que buscan una educación cristiana”, dijo.
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