The New York Times
Por: Michael D. Shear/The New York Times
LONDRES — Los pósters traviesos comenzaron a aparecer por todo Londres en los últimos dos meses.
En el canto de una parada de autobús en el este de Londres, uno de ellos muestra a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, saliendo del techo de un Tesla con la mano apuntando hacia arriba en un saludo de brazo extendido. “Va de 0 a 1939 en 3 segundos”, reza el anuncio. “Tesla. El Swastiauto”.
En toda la capital británica y en varias ciudades europeas, Tesla, el negocio insignia de Musk, se ha convertido en el blanco del mismo tipo de ira política que ha alimentado el vandalismo de los autos Tesla en Estados Unidos y, a veces, protestas violentas en sus concesionarias.
Ha habido algunos casos de protestas revoltosas y vandalismo en Europa. Pero gran parte del sentimiento anti Musk ha adoptado la forma de sátira política, del tipo que ha florecido en Gran Bretaña desde al menos el siglo 18.
Político entrometido
En Europa, Musk no es sólo un ejemplo lejano de la riqueza y el poder estadounidenses. En el curso del último año, se ha convertido en un frecuente entrometido político, a menudo defendiendo causas de extrema derecha en X, su plataforma de redes sociales, donde tiene 218 millones de seguidores.
En Gran Bretaña, Musk es conocido por compartir desinformación sobre un escándalo de violación infantil y por pedir el encarcelamiento del Primer Ministro Keir Starmer. Ha hecho un llamado a la liberación de Tommy Robinson, un agitador ultraderechista antiinmigrante que se encuentra en prisión por desacato. Y criticó la condena de siete años a un neonazi que incitó disturbios antiinmigrantes el verano pasado.
Los pequeños grupos anti Musk que han surgido en Europa tienen el mismo objetivo básico: hundir el precio de las acciones de Tesla y sus ventas como protesta.
“El objetivo es mostrar a Musk y a otros multimillonarios que son vulnerables y que no pueden actuar con impunidad”, dijo Ben Stewart, fundador de un grupo activista satírico británico.
Los organizadores creen que está funcionando. El precio de las acciones de Tesla se ha reducido casi a la mitad desde su máximo en diciembre, más o menos al mismo tiempo que Musk comenzó su papel de alto perfil supervisando el despido de empleados gubernamentales y recortando los presupuestos de las agencias federales.
“Lo que intentan hacer es presionarme, y supongo que a Tesla, muchísimo para que, bueno, dejemos de hacer esto”, declaró recientemente Musk en Wisconsin, donde hacía campaña para un candidato al tribunal.
Aun así, se encogió de hombros, diciendo, “A largo plazo, creo que las acciones de Tesla van a tener un buen desempeño, así que quizá sea una oportunidad de compra”.
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