Por: Brian X. Chen y Tripp Mickle/The New York Times
SAN FRANCISCO — Muchas de las empresas tecnológicas más grandes del mundo creen que está en marcha un cambio radical que algún día podría convertir al smartphone, tal como lo conocemos, en algo obsoleto.
Los asistentes modernos de inteligencia artificial, mucho más capaces que los asistentes de voz como Siri, se perfilan a convertirse en el sistema operativo central de todos nuestros dispositivos computacionales personales, dicen los expertos. Las apps no importarán mucho cuando los asistentes de IA utilicen los dispositivos en nombre nuestro, realizando automáticamente tareas como hacer planes con amigos, generar listas de la compra y tomar apuntes en juntas.
Toda gran empresa tecnológica se plantea esta pregunta crucial: ¿Qué viene después del smartphone? Esta es una lista de predicciones de los empleados de algunas de las empresas tecnológicas más grandes.
“Los lentes que comprenden nuestro contexto porque pueden ver lo que vemos, oír lo que oímos e interactuar con nosotros a lo largo del día se convertirán en nuestros principales dispositivos computacionales”. — Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta,
en una carta publicada en su sitio web.
Durante décadas, los tecnólogos han soñado con que unos lentes con pantallas digitales integradas pudieran brindar a la gente información en tiempo real sobre las personas y los lugares que ven. Un asistente de IA desempeñaría un papel importante en este dispositivo.
Gafas inteligentes
Meta dio un paso hacia convertir esto en realidad el año pasado. Una actualización de software para sus gafas inteligentes Ray-Ban Meta, que incluyen cámara, bocinas y micrófono, incorporó su asistente de IA, Meta AI, a los lentes, permitiendo a los usuarios hacer preguntas sobre lo que estaban viendo, desde animales de zoológico hasta monumentos históricos.
El año pasado, Meta también lanzó Orion, un prototipo de gafas con pantallas integradas en la montura —para que el usuario pueda hacer cosas como consultar información como apuntes digitales mientras habla con alguien en una junta. Este año, Google presentó un prototipo similar de gafas con su asistente de IA, Gemini.
Los lentes inteligentes sin pantalla, como los Ray-Ban Meta, que han superado los 2 millones de unidades vendidas, probablemente se popularizarán en los próximos dos años, mientras que las gafas con pantallas digitales aún son algo lejano, dijo Carolina Milanesi, analista de tecnología de consumo en Creative Strategies, una firma de investigación.
“Si no tienes que sacar algo del bolsillo, es muy potente”. — Panos Panay, director de dispositivos de Amazon.
Con todo y que nos hemos vuelto tan dependientes de los teléfonos inteligentes, estos pueden ser una distracción porque estamos constantemente bombardeados con notificaciones de apps. Panos Panay, director de dispositivos en Amazon, predijo que los asistentes de inteligencia artificial aumentarían la importancia de las computadoras ambientales, que incluyen bocinas y pantallas con micrófono distribuidos en toda la casa, así como dispositivos que se llevan en el cuerpo —una categoría de productos que Amazon lleva más de una década desarrollando con su línea Echo.
Ya que la tecnología de IA permite mantener conversaciones fluidas con nuevos asistentes como Alexa+, que Amazon comenzó a introducir este año, permitirá realizar ciertas tareas con mayor facilidad que en un teléfono.
Un ejemplo de Panay: pedir a un asistente de IA la respuesta a una pregunta durante una conversación en la cena, permitiendo a todos concentrarse en la conversación sin mirar una pantalla.
“Algo tipo Inspector Gadget, donde puedes usar la cámara para videollamadas en la muñeca”. — Carl Pei, director ejecutivo de la compañía de smartphones Nothing, al describir la cámara de un smartwatch futuro.
Carl Pei cree que es necesario un dispositivo de IA que recopile información sobre el entorno de las personas cuando llevan sus smartphones en el bolsillo —lo que él llama “el smartwatch reimaginado”. ¿Por qué? El smartwatch, popularizado con el Apple Watch, es algo familiar. Pasa desapercibido. Se coloca en la muñeca, no en el rostro. Y siempre está presente.
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