Por: David Yaffe-Bellany y Kenneth P. Vogel/The New York Times
WASHINGTON — En marzo, Paolo Ardoino, el director general de la compañía de criptomonedas Tether, se reunió con ejecutivos de empresas y legisladores estadounidenses en un almuerzo privado en el Willard, un hotel de lujo cerca de la Casa Blanca.
Durante años, Tether había enfrentado acusaciones de mentir sobre sus finanzas y permitir que la delincuencia prosperara en su plataforma. Sin embargo, en el Willard, Ardoino y otros líderes del sector de las criptomonedas fueron recibidos cálidamente por Bill Hagerty, un Senador republicano de Tennessee en el Comité Bancario del Senado, quien asistió al almuerzo y participó en un debate grupal sobre regulación de criptomonedas y seguridad nacional, revelaron cuatro personas enteradas del evento.
A medida que el Presidente Donald J. Trump ha acogido la industria de las criptomonedas, ha ido cambiando el panorama para las firmas de criptomonedas. Tether —alguna vez un operador elusivo con poca presencia pública en Estados Unidos— está aprovechando este cambio.
Desde la investidura de Trump, Tether ha promovido una reforma a las regulaciones de las criptomonedas al tiempo que considera iniciar operaciones en Estados Unidos. El producto principal de la compañía es una stablecoin, una criptomoneda diseñada para mantener un precio de 1 dólar. Tether está presionando al Congreso para que influya en un proyecto de ley en el Senado, presentado este año por Hagerty, que traza reglas para las stablecoins. Además, ha lanzado una campaña de relaciones públicas que incluyó anuncios en una publicación especializada de Washington promocionando su cooperación con fuerzas de aplicación de justicia estadounidenses.
Durante años, Tether fue visto con recelo. Su stablecoin ha resultado ser una herramienta popular para delincuentes. En el 2021, pagó 18.5 millones de dólares para resolver una investigación de fraude de la Procuraduría General de Nueva York.
Pero a los pocos días de asumir el cargo, Trump, quien inició un negocio de criptomonedas con sus hijos el año pasado, puso fin a la ofensiva de la Administración Biden contra los activos digitales. Las compañías de criptomonedas que antes evitaban a Estados Unidos por temor a sanciones regulatorias, ahora tienen acceso al Congreso y a la Casa Blanca.
"Moneda sin estabilidad"
En su viaje a Washington en marzo, Ardoino —un italiano que hasta este año nunca había viajado a Estados Unidos— se reunió con legisladores, participó en un foro organizado por la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas y convivió con otros ejecutivos en una fiesta patrocinada por Coinbase, una plataforma de compra-venta de criptomonedas.
El socio comercial más destacado de Tether es el banco de inversión Cantor Fitzgerald, que hasta este año era operado por Howard Lutnick, ahora el Secretario de Comercio de Trump. Uno de los principales cabilderos de Tether es Jeff Miller, una figura influyente en la política republicana que también representa a Cantor Fitzgerald en negociaciones sobre el proyecto de ley de stablecoins.
En su reciente viaje, Ardoino declaró en una entrevista que también se reunió con Zach Witkoff, un líder de la empresa de criptomonedas de Trump, World Liberty Financial, e hijo del enviado de la Casa Blanca a Medio Oriente.
En muchos sentidos, Tether y otros emisores operan igual que bancos. Un operador deposita 500 dólares y recibe 500 stablecoins; el emisor genera ingresos al invertir una parte de esos depósitos y quedarse con los rendimientos.
No obstante, el sistema sólo funciona si el emisor tiene 1 dólar en reserva por cada moneda que pone en circulación, lo que permite a los clientes canjear sus stablecoins en cualquier momento.
Durante años, críticos de Tether apuntaron a evidencia de que el dinero que mantenía en reserva sería insuficiente para cubrir un aumento repentino de canjes. Cuando la Procuraduría General de Nueva York anunció el acuerdo extrajudicial del 2021, dijo que Tether había mentido sobre la composición de sus reservas y llamó su criptomoneda “una moneda estable sin estabilidad”.
Aún así, Tether ha sorteado caídas una y otra vez. La compañía ahora publica auditorías de sus cuentas, al mostrar que unos dos tercios de sus reservas, o alrededor de 94 mil millones de dólares, están invertidos en bonos del Tesoro estadounidense.
El año pasado, Tether registró ganancias de más de 13 mil millones de dólares, lo que la convierte en una de las compañías de criptomonedas más ricas del mundo.
Ardoino comentó que Tether considera abrir una filial estadounidense y ofrecer una “stablecoin nacional” adaptada a instituciones financieras.
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