Guerra contra el narco llega a los escenarios: silencian canciones de cárteles en México

Varios cantantes se unen a un movimiento para eliminar los narcocorridos, ante las críticas por promover la violencia en México.

  • 01 de mayo de 2025 a las 14:05 -
The New York Times

Por: James Wagner/The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Luis R. Conriquez subió al escenario en una feria popular en Texcoco, México, como uno de los artistas que encabezaban la cartelera. Alguna vez llamado el Rey de los Corridos por la revista Billboard, es renombrado por sus llamados narcocorridos, una versión de baladas tradicionales mexicanas que celebran a los cárteles de la droga.

Pero horas antes de presentarse el mes pasado, Conriquez, quien es mexicano, anunció que no iba a cantar varias de sus canciones emblemáticas. En cambio, se unía a un movimiento para eliminar gradualmente este prominente género musical, que sus detractores afirman promueve la violencia y la actividad criminal que han devastado a México.

La multitud abucheó a Conriquez y destruyó los instrumentos después de que él y su banda abandonaron el escenario.

“Se siente mal no poder cantar lo que la gente quiere escuchar, pero nos unimos a la causa de cero corridos”, dijo en las redes sociales.

Fue un momento parteaguas para México, que lidia con los efectos del crimen organizado, en particular entre la presión del Gobierno de Trump para combatir a los cárteles, y con su identidad, definida por la cultura popular.

En particular, el intenso debate sobre los narcocorridos se ha convertido en un referéndum sobre la libertad de expresión en México. Cada vez más municipios y Estados han prohibido la reproducción de música que celebra el narcotráfico y otros delitos. En el Estado de México, donde Conriquez iba a presentarse, las autoridades habían advertido que interpretar canciones que glorificaran actividades delictivas podría resultar en multas y penas de prisión.

“Creemos que la sociedad tiene que empezar a rechazar el contenido que aboga por la violencia, las drogas o la misoginia”, dijo la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, después del concierto de Conriquez.

Veto

Los corridos han existido desde mediados del siglo 19, dijo José Manuel Valenzuela Arce, profesor de sociología y autor de tres libros sobre el género. Se volvieron importantes para la narración, relatando historias de héroes de guerra como Francisco “Pancho” Villa y momentos clave de la historia. Pero a medida que los cárteles de la droga comenzaron a tomar un control más firme de México en la década de 1970, las baladas también comenzaron a reflejar esto, dijo Valenzuela. En las últimas décadas, dijo, a medida que las Administraciones pasadas libraron guerras sangrientas contra los cárteles, las letras se volvieron más explícitas y más directamente sobre famosos narcolíderes. Surgieron más estilos de narcocorridos, como los corridos tumbados, que combinan canto, rap y música tradicional mexicana. Artistas como Natanael Cano (quien reunió un récord de 310 mil personas en un concierto en México el año pasado), Peso Pluma (quien sumó 8.5 mil millones de vistas en YouTube en el 2023) y otros se han convertido en estrellas internacionales. Aun así, la industria ha sentido una creciente reacción negativa.

En abril, Sheinbaum anunció un concurso de talentos organizado por el Gobierno, ofreciendo contratos discográficos como premio para corridos sin letras violentas ni relacionadas con drogas. “Lo que queremos es promover la música con otros contenidos”, dijo Sheinbaum, quien ha rechazado vetos totales.

Otro factor es Estados Unidos. Valenzuela dijo que la Administración Trump no sólo ha etiquetado a los cárteles como grupos terroristas, convirtiendo en un crimen más serio el asociarse con ellos, sino que también ha presionado a los funcionarios mexicanos para que actúen.

Natanael Cano, visto en CDMX en el 2022, se ha convertido en una estrella internacional cantando corridos tumbados.

En marzo, a la banda Los Alegres del Barranco les retiraron las visas estadounidenses cuando una presentación del grupo en Guadalajara, México incluyó proyectar en el escenario el rostro de un líder de un cártel. En un Estado traumatizado por la violencia de los cárteles, los legisladores se movilizaron para penalizar todas las expresiones públicas que inciten al delito.

Arturo Ávila, congresista mexicano que promueve leyes más estrictas contra la incitación a la violencia en la música, la televisión, el cine y los videojuegos que “glorifican” el delito, elogió la revocación de las visas estadounidenses como “la medida más contundente” contra los artistas. “Es momento de que todos reflexionemos sobre qué tipo de México queremos”, declaró.

Desde febrero, al menos siete ciudades o Estados han prohibido o regulado los narcocorridos. En Chihuahua, una de las primeras ciudades en regular las letras de las canciones en el 2015, el Alcalde Marco Bonilla afirmó que el Gobierno local recaudó el equivalente a 270 mil dólares en multas en el 2024.

Después de su concierto en Texcoco, Conriquez dijo que alteraría sus letras para que fueran menos explícitas y adaptaría su repertorio a las prohibiciones locales.

Otros músicos han seguido el ejemplo: Grupo Firme anunció antes de un concierto reciente que dejaría de tocar sus narcocorridos.

Jesús Eulogio Sosa, fundador de la banda de música regional mexicana Los Buitres de Culiacán Sinaloa, que tiene varios narcocorridos conocidos, comentó que conocía a otros músicos a quienes se les había negado la visa estadounidense desde que a Los Alegres del Barranco se les retiró las suyas.

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Sosa afirmó que los corridos tienen mucho tiempo de ser una parte importante de la cultura mexicana porque han narrado historias sobre figuras clave sin glorificar siempre los crímenes.

“El veto no es la solución”, afirmó, y agregó que estaba a favor de cierta regulación para proteger al público joven. “Querer convertirte en narcotraficante por escuchar un corrido es como decir que si vas a ver ‘Los Vengadores’, querrás salir del cine convertido en un superhéroe”.

Una tarde reciente, Abel de Jesús Rosales Reza, de 22 años, tocaba narcocorridos antiguos con una bocina mientras trabajaba en la tienda de ropa de su familia en la Ciudad de México. Dijo que el Gobierno, no sólo los cárteles, es el culpable de la corrupción y los problemas de México. El poder de la música tiene sus límites.

“Depende de cada persona”, dijo. “Puedes escuchar corridos y no ser una persona mala”.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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