Por: Rebecca Dzombak/The New York Times
El cambio climático podrá tener algo sorprendente en la mira: el suministro de sangre del mundo. El calentamiento y el clima extremo pueden retardar las donaciones de sangre, trastornar el transporte de sangre y poner en riesgo la seguridad de las transfusiones, dice un nuevo estudio publicado en The Lancet Planetary Health.
Los fenómenos meteorológicos extremos pueden elevar la demanda al tiempo que frenan el suministro, llevando a desabastos.
“Cualquier trastorno importante a la disponibilidad y seguridad del suministro de sangre pone vidas en riesgo”, dijo Elvina Viennet, investigadora de enfermedades infecciosas en la Universidad de Sunshine Coast en Australia y una de las autoras principales del estudio. Es la primera evaluación global de cómo el cambio climático afecta los suministros de sangre.
Viennet y sus colaboradores revisaron docenas de estudios sobre cómo los fenómenos meteorológicos extremos, que están al alza en todo el mundo debido al cambio climático, afectan el bienestar físico y mental, la propagación de enfermedades infecciosas, la seguridad de las transfusiones de sangre y otros aspectos de la salud pública. Luego conectaron esos hallazgos con cada etapa de la red de suministro de sangre.
Eventos como huracanes, inundaciones, olas de calor, incendios forestales y tormentas de nieve pueden impedir físicamente que las personas donen. Cuando el huracán Helene azotó el sureste de EU en el 2024, se cancelaron más de 100 campañas de donación de sangre. Con los incendios de LA, miles de donantes cancelaron. Para finales de febrero de este año, la Cruz Roja en EU tuvo casi tantas cancelaciones de donaciones como en todo el 2024, en parte por eventos climáticos extremos.
Incluso si los centros de donación tienen sangre, las carreteras bloqueadas pueden retrasar la entrega o interrumpirla por completo. Las entregas con drones podrían ser una opción pronto, pero se necesitarán innovaciones, afirmó Viennet.
Los desastres también pueden aumentar la demanda de sangre al incrementar los índices de lesiones traumáticas o trastocar la atención a las personas que dependen de sangre para tratamientos regulares, como los pacientes con cáncer.
El aumento en las temperaturas está contribuyendo a la propagación de enfermedades infecciosas que se transmiten vía la sangre, como los virus del Nilo Occidental y del Zika, y el dengue. El estudio señala que las migraciones masivas y los viajes exponen a más personas a estos males y reducen la reserva de donadores potenciales, porque las personas infectadas con estas enfermedades no pueden donar sangre.
“El reto está en su imprevisibilidad”, dijo Evan Bloch, patólogo y especialista en transfusiones en la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland. “El cambio climático introduce estas crisis humanitarias y desastres naturales que pueden afectar considerablemente al suministro de sangre”.
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