Por: Neal E. Boudette/The New York Times
Ken Harvey tiene varios meses cultivando un negocio paralelo en ciernes para sus concesionarias Honda y Mazda en el norte de California: la venta de Teslas usados.
Unas cuantas veces al mes, Harvey compra algunos Teslas usados en una subasta local de autos y los ofrece a la venta. Gracias a un crédito fiscal federal e incentivos estatales, algunos consumidores pueden comprar un sedán Modelo 3 usado por menos de 20 mil dólares —menos de la mitad del precio de uno nuevo. Harvey dijo que vendió alrededor de 20 Teslas usados durante los primeros tres meses de este año y que a menudo se venden en cuestión de días.
Una reacción negativa contra Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y uno de los confidentes más cercanos del Presidente Donald J. Trump, ha turboalimentado el comercio de Teslas usados que tiene años en crecimiento.
El crecimiento en las ventas de vehículos eléctricos nuevos se desaceleró en el último par de años. Eso llevó a Tesla a recortar sus precios, presionando a la baja el valor de los modelos usados.

Luego, tras la incorporación de Musk a la Administración Trump, muchos propietarios de Teslas en Estados Unidos comenzaron a vender sus vehículos, a menudo como protesta o simplemente porque ya no querían estar asociados con la compañía. Este movimiento se ha acelerado en los últimos meses, desde que Musk asumió la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que ha despedido a empleados gubernamentales y desmantelado agencias. Algunas declaraciones y acciones de Musk, incluyendo un gesto con la mano que muchos interpretaron como un saludo nazi, han indignado a los clientes.
En marzo, Jerome Winegarden, un médico de Ann Arbor, Michigan, cambió su Tesla Modelo 3 por una camioneta eléctrica Ford F-150 Lightning.
“Me preocupé cada vez más por Elon Musk y lo que hacía, y el saludo nazi fue el colmo”, dijo Winegarden, de 54 años. “El simbolismo era demasiado. Sentía vergüenza al manejar el auto”.
En las últimas semanas, han estallado decenas de protestas en las salas de exhibición de Tesla en Estados Unidos, Europa, Australia y Nueva Zelanda. En algunos casos, vehículos Tesla, estaciones de carga y edificios en Estados Unidos han sido incendiados o vandalizados. Un grupo llamado Tesla Takedown ha estado instando a los propietarios de Teslas a vender sus autos.
Es evidente que el número de Teslas usados a la venta en Estados Unidos ha ido en aumento. AutoTrader.com tenía en venta alrededor de 11 mil 700 de ellos a fines de marzo. Eso se compara con los alrededor de 8 mil a principios de año.
Harvey afirmó que la demanda de Teslas costeables se ha mantenido sólida pese a los designios políticos de Musk. “Vemos muchos conductores de vehículos compartidos y compradores jóvenes primerizos que normalmente no comprarían un Tesla”, afirmó.
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