The New York Times
Por: Michael D. Shear, Adam Rasgon y Tariq Panja/The New York Times
JERUSALÉN — La visita del Presidente Donald J. Trump a Qatar el 14 de mayo fue la culminación de una exitosa ofensiva de encanto por parte del emirato del Golfo Pérsico, que incluyó la promesa de regalar un avión de pasajeros de lujo a Trump.
“Estamos muy emocionados”, dijo el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, el emir, a Trump en una ceremonia con alfombra roja en Doha. “Sé que deseas traer paz a esta región”.
El Presidente, quien ha descrito al emir como un “gran caballero” y un “amigo mío”, elogió la labor del emir para mediar en las guerras en Medio Oriente y entre Rusia y Ucrania.
“Nos hemos caído bien y hemos trabajado juntos”, dijo Trump. “Y ahora podemos trabajar al máximo nivel”.
En cuanto al avión, ninguno de los dos líderes lo mencionó durante la visita. Pero el Presidente ha dicho que sería “estúpido” no aceptar un regalo tan bonito pese a las objeciones de los demócratas y algunos partidarios.
La visita presidencial a Qatar —que culminó con una suntuosa cena de Estado— representó un cambio radical para un País pequeño al que Trump ridiculizó hace ocho años como “un financiador del terrorismo a un nivel muy alto”. En aquel entonces, cooperó con los acérrimos rivales de Qatar en la región —que impusieron un sitio a Doha— para exigir el fin de lo que describió como la “ideología extremista” del País.
Desde entonces, Qatar ha seguido transformando su reputación ante la comunidad internacional, en parte al gastar millones de dólares en cabilderos en Washington y otras capitales.
Gran parte de la transformación de la imagen de Qatar fue la organización de la Copa Mundial de la FIFA en el 2022. (Qatar fue criticado por su trato a trabajadores que ayudaron a construir y operar el recinto de la Copa Mundial). Un año después, cuando terroristas liderados por Hamas atacaron a Israel y desencadenaron una brutal guerra en Gaza, Qatar se convirtió en una vía de comunicación entre las partes en conflicto.
Qatar ha afirmado durante mucho tiempo que su financiamiento para Gaza fue aprobada por Israel y que el dinero se destinó a proyectos humanitarios y salarios de funcionarios públicos en Gaza.
El asunto del avión surgió en el contexto de posibles vínculos comerciales. El 14 de mayo, Qatar Airways anunció su intención de comprar hasta 210 aviones Boeing.
Aun así, muchas personas siguen viendo a Qatar y su autoproclamada transformación con escepticismo. Los detractores afirman que el papel de Qatar como intermediario en el conflicto de Gaza se debe a su disposición a permitir que muchos de los altos funcionarios de Hamas residan allí. Los funcionarios qataríes señalan que Estados Unidos les había pedido albergar a líderes de Hamas para que hubiera una línea de comunicación abierta.
Qatar se ha esforzado por establecer importantes vínculos con EU a lo largo de los años, incluyendo la venta de gas natural licuado, del que dispone en abundancia. Ha gastado 8 mil millones de dólares en el desarrollo de la base aérea de Al Udeid, que le permite a EU utilizar como parte clave de la presencia militar estadounidense en la región.
Daniel Benaim, quien fue subsecretario de Estado adjunto durante la Presidencia de Joseph R. Biden Jr., calificó la relación como valiosa para Estados Unidos, en general.
“Ninguno de estos países tiene un monopolio sobre el vicio o la virtud, incluyendo Qatar, y cada uno aporta diferentes fortalezas, debilidades y prioridades a la hora de promover una amplia gama de intereses estadounidenses”, afirmó Benaim.
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