Bolivia lucha por borrar el estigma de la hoja de coca

El Gobierno de Bolivia lidera una campaña para presionar a la ONU a que retire la hoja de la lista de drogas más peligrosas del mundo.

  • 19 de octubre de 2025 a las 14:35 -
The New York Times

Por: Genevieve Glatsky/The New York Times

SAN JOSÉ DE PERY, Bolivia — Durante décadas, la coca ha sido tratada como contrabando, la materia prima de la cocaína. La policía arranca plantas en los Andes, y Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en campañas de erradicación.

Sin embargo, en Bolivia, donde cultivar, vender y consumir coca es legal, un funcionario de comunicaciones del Gobierno en este pequeño pueblo andino filmaba recientemente a un campesino mientras preparaba la tierra para la coca.

“Voy a explicarte cómo usar esta herramienta llamada wallhua”, dijo Jaime Mamani, el campesino de 64 años, levantando un rastrillo de tres puntas. “Listo —acabas de sembrar la plántula”.

Para muchos, la coca existe únicamente como la base de la cocaína, una planta mezclada con químicos, alterada en laboratorios clandestinos y traficada por todo el mundo. Pero en su forma natural, la coca es un estimulante suave que se mastica, se infusiona y se venera en las comunidades andinas desde hace milenios.

La coca es una parte tan integral de Bolivia que su Gobierno lidera una campaña para presionar a las Naciones Unidas a que retire la hoja de la lista de drogas más peligrosas del mundo. La ONU clasifica la coca, junto con el fentanilo y la heroína, como “altamente adictiva y susceptible de abuso”.

Criminalización

Estados Unidos se ha opuesto desde hace tiempo a cualquier cambio, advirtiendo que facilitaría la expansión de la producción de cocaína. Se esperan los resultados de una revisión formal de la ONU en marzo.

Eliminar la hoja de coca de la lista de drogas peligrosas liberaría a los países firmantes de una convención de la ONU en materia de drogas de la obligación de criminalizar la coca. (Bolivia ha sido exenta de esa norma). Reducir la categoría de la coca a una menos restrictiva aún podría abrir camino al comercio legal, la investigación científica y el desarrollo industrial.

Los partidarios argumentan que la hoja no es intrínsecamente dañina y que equipararla con la cocaína criminaliza una piedra angular del patrimonio indígena andino.

Un informe preliminar de la Organización Mundial de la Salud, la agencia de salud pública de la ONU, concluyó que la coca tenía un potencial muy bajo de dependencia y no representaba riesgos importantes para la salud.

“Consumo hojas de coca a diario aquí en el trabajo y en mi vida diaria”, dijo Omar Pintones, de 36 años, coordinador de la agencia gubernamental boliviana que supervisa la industria de la coca. “Y nunca me he vuelto loco ni he perdido el conocimiento”.

La coca está presente en todas partes en Bolivia: presente en bolsitas de té en hoteles de lujo, vendida en quioscos callejeros con sabores como naranja y sandía, masticada por traileros en viajes largos e incluso colocada en tazones en los escritorios de los funcionarios.

Esta ubicuidad es relativamente reciente. La presión por erradicar los cultivos que habían sustentado a las comunidades indígenas durante siglos como parte de la guerra contra las drogas liderada por Estados Unidos, generó resentimiento y movilización política, impulsando el ascenso de Evo Morales, líder sindical de cocaleros que en el 2006 se convirtió en el primer Presidente indígena de Bolivia. Su Gobierno consagró la coca como parte del patrimonio cultural de la nación en la Constitución del 2009.

En el 2017, Bolivia aprobó una ley que regula el cultivo, el comercio y el consumo, formalizando así un mercado interno legal.

El Gobierno establece un límite de aproximadamente 21 mil 850 hectáreas a nivel nacional para el cultivo legal de coca. Esta industria genera empleo directo e indirecto para decenas de miles de familias.

Incluso si se abriera un mercado internacional de coca, algunos críticos expresaron su preocupación de que las grandes corporaciones se llevaran las mayores ganancias, y que no beneficiaría a las comunidades indígenas.

¿Qué intentan construir realmente las empresas de inteligencia artificial?

Pero los partidarios de la coca tienen esperanzas. Quienes apoyan la eliminación de la hoja de coca de la lista de la ONU afirman que separar el uso tradicional del tráfico de cocaína es factible porque los mercados legales estrictamente regulados pueden ser monitoreados de cerca.

Además, la coca tiene posibles beneficios para la salud. Estudios sugieren que puede ayudar a aumentar el estado de alerta y reducir la presión arterial. Las investigaciones también han señalado sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios que podrían ayudar a combatir infecciones.

“Eso es lo que queremos que el mundo entienda”, dijo Mateo Mamani, Viceministro de coca de Bolivia. “Sí, se usa con fines ilícitos, pero si vemos la hoja de coca desde una perspectiva positiva, podemos sacarle mucho provecho”.

©The New York Times Company 2025

Te gustó este artículo, compártelo
Staff NYTimes
Staff NYTimes
Contenido exclusivo

The New York Times International Weekly es una publicación periodística exclusiva y de clase mundial de The New York Times. Sus reportajes abordan una amplia temática: tendencias, política, análisis, ciencia, tecnología, arte, diseño y estilos de vida.