The New York Times
Por: Ephrat Livni/The New York Times
Al igual que otras sensaciones del K-pop, Big Ocean canta, rapea, baila y atrae a fans apasionadas. Pero el ascenso meteórico de este nuevo grupo se debe a una habilidad que ninguna otra boy band ostenta: la lengua de señas.
Los miembros —Lee Chan-yeon, de 27 años, Park Hyun-jin, de 25, y Kim Ji-seok, de 22— son sordos o tienen dificultades auditivas. Utilizan avanzada tecnología de audio para ayudar a crear su música, coordinan sus coreografías con metrónomos parpadeantes y relojes con vibración, e incorporan la lengua de señas coreana en videos y presentaciones.
“Usamos la lengua de señas para transmitir significados donde el sonido por sí solo podría ser insuficiente”, dijo Lee. “Para nosotros, la LSC no es sólo un elemento —es el corazón de nuestra presentación”.
El grupo lanzó su sencillo debut, “Glow”, el año pasado, el Día de las Personas con Discapacidad de Corea, e incorporó la LSC en su primera presentación en televisión. Poco después, lanzó “Blow”, un sencillo con letra en inglés y lengua de señas estadounidense.
El mes pasado, el grupo se presentó en un festival de anime en Brasil y en un evento tecnológico de la ONU en Suiza, antes de realizar una gira por Europa por segunda vez desde la primavera e iniciar su primera gira por Estados Unidos.
Lengua de señas
Big Ocean cuenta ahora con más de un millón de seguidores en Instagram y 700 mil en TikTok. Las fans, conocidas como Pados por la palabra en coreano que significa ola, son fieles seguidoras y muchas están aprendiendo lengua de señas con la banda.
Pero la fama nunca estuvo asegurada, dijo Haley Cha, directora ejecutiva de Parastar Entertainment, la compañía que representa a Big Ocean. “Tuvimos muchas dificultades”, aseguró.
Los miembros tenían ocupaciones alternas. Park, conocido como P.J., era youtuber y creaba contenido sobre discapacidades auditivas. Lee trabajaba como audiólogo en un hospital. Kim había sido esquiador alpino.
Las dificultades y los éxitos de Big Ocean reflejan la comunidad sorda de Corea del Sur. Alrededor de un cuarto de millón de coreanos son sordos o tienen dificultades auditivas. Se estima que el 84 por ciento utiliza la lengua de señas como principal medio de comunicación.
En el 2016, la Ley de Lengua de Señas Coreana reconoció la LSC como lengua oficial de la comunidad sorda. El Instituto Nacional de la Lengua Coreana comenzó a trabajar para promover la LSC y desarrollar materiales educativos, dijo Hyesun Chung, investigadora a cargo de la LSC en el instituto. También ha intentado promover la idea de que “las personas sordas tienen derecho a disfrutar y expresar su cultura a través de su propia lengua”, añadió.
Big Ocean ha generado conciencia sobre la cultura sorda en Corea y en el mundo.
“Muchos jóvenes sordos ven su presencia en el escenario como una poderosa forma de representación”, afirmó Jeonghwan Kim, presidente de la Asociación de Sordos de Seúl. “Su labor amplía la percepción del público de la expresión artística más allá del sonido”.
Para generar impacto mundial, Big Ocean estudió Lengua de Señas Estadounidense e Internacional para crear espectáculos más accesibles para diferentes culturas.
“Una de las formas de conexión más poderosas es cuando las fans responden con señas durante los conciertos”, dijo Kim Ji-seok.
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