50 años del apretón de manos en órbita que cambió la carrera espacial

Astronautas rusos y estadounidenses comparten viajes a la Estación Espacial Internacional, independientemente del conflicto geopolítico entre ambos países.

  • 29 de julio de 2025 a las 00:00 -
The New York Times

Por: Becky Ferreira/The New York Times

A unos 225 kilómetros sobre Francia, astronautas estadounidenses abrieron la escotilla de una nave espacial y se encontraron frente a frente con cosmonautas de la Unión Soviética.

“Me alegra verlo”, dijo el coronel Alexei A. Leonov en un inglés con acento al General de brigada Thomas P. Stafford, de la NASA.

“Ah, hola, me alegro mucho de verlo”, respondió el General Stafford con su propio ruso con acento.

Los dos se dieron un apretón de manos.

Hoy, astronautas rusos y estadounidenses comparten rutinariamente viajes a la Estación Espacial Internacional, independientemente del conflicto geopolítico que divide a sus naciones. Pero en el verano de 1975, ver a dos hombres de naciones rivales saludarse en órbita fue un gesto poderoso y sin precedentes, presenciado por millones de personas en el mundo que giraba a sus pies.

El apretón de manos, ocurrido hace 50 años el 17 de julio, definió el Proyecto de Prueba Apolo-Soyuz, el primer vuelo espacial humano internacional. Ese simple símbolo de asociación entre competidores acérrimos sigue siendo un legado perdurable de la misión.

“Es increíble pensar que dos países diametralmente opuestos, con sistemas y culturas diferentes, prácticamente dispuestos a destruirse mutuamente, puedan cooperar de alguna manera y llevar a cabo esta misión altamente técnica y compleja”, afirmó Asif Siddiqi, profesor de historia en la Universidad Fordham de Nueva York y experto en la historia espacial rusa.

Era espacial

Una generación después del apretón de manos orbital, la Unión Soviética y Estados Unidos unirían fuerzas para construir la Estación Espacial Internacional. “Siempre que me dicen que esto nunca sucedería hoy, pienso, bueno, eso es lo que se decía a finales de la década de 1960, dijo Siddiqi.

A principios de la era espacial, mientras Estados Unidos se apresuraba a alcanzar a la Unión Soviética, se había propuesto una colaboración espacial. En septiembre de 1963, hablando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas dos meses antes de su asesinato, el Presidente John F. Kennedy propuso una misión conjunta a la Luna.

“¿Por qué, entonces, debería ser el primer vuelo del hombre a la Luna una competencia nacional?”, preguntó. “Sin duda, deberíamos explorar si los científicos y astronautas de nuestros dos países —de hecho, de todo el mundo— no pueden colaborar en la conquista del espacio”.

Este sueño se pospuso, y Estados Unidos superaría a los soviéticos en la carrera lunar con la misión Apolo 11 en 1969. Pero el apoyo público a las misiones Apolo disminuyó, y el programa se interrumpió tras la misión Apolo 17 en 1972. Esto dejó al programa espacial estadounidense sin un objetivo inmediato.

Paralelamente, la reputación de ambas naciones se vio manchada en el extranjero: la de la Unión Soviética por su invasión de Checoslovaquia y la de Estados Unidos por su participación en la guerra de Vietnam. Esto creó una motivación adicional para reafirmar conjuntamente la posición de cada país en la cima de la jerarquía global.

“Necesitaban elevarse y cooperar entre sí para mostrarle al resto del mundo: somos tan estupendos y grandiosos como siempre”, dijo Olga Krasnyak, profesora asociada de relaciones internacionales en la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación de Moscú.

Esta oportunidad de prestigio, reconocida mutuamente, dio lugar a conversaciones tentativas entre los funcionarios de ambos países en 1970.

Ambas partes desconfiaban de la seguridad de la nave insignia de la otra. Los tres astronautas seleccionados para el Apolo 1 fallecieron en un incendio durante una prueba en 1967, mientras que los tres cosmonautas de Soyuz 11 fallecieron en el espacio en 1971 cuando su cabina se despresurizó. Los astronautas estadounidenses estaban acostumbrados a un sistema de guía manual con Apolo, mientras que Soyuz se controlaba desde tierra.

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Aun así, floreció una profunda y perdurable amistad entre astronautas y cosmonautas. El equipo del Apolo, encabezado por el General Stafford, también incluyó a Donald “Deke” Slayton y Vance Brand. El Coronel Leonov voló en el equipo de Soyuz con Valery Kubasov.

Con el tiempo, estadounidenses y rusos volvieron a unir fuerzas en el espacio, primero a bordo de la estación espacial Mir a principios de la década de 1990. La colaboración ruso-estadounidense es hoy la columna vertebral de la Estación Espacial Internacional.

Ese puesto de avanzada ve su ocaso. Rusia está considerando construir su propia estación espacial, y EU está instalando puestos comerciales en órbita —esfuerzos que pueden hacer que la misión Apolo-Soyuz parezca un recuerdo lejano.

©The New York Times Company 2025

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