20/12/2025
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Un muerto en el encierro de los San Fermín

  • Actualizado: 11 julio 2009 /

Las fiestas de los Sanfermines, las más internacionales de España, llegaron ayer a su ecuador marcadas por la tragedia con la muerte de un joven corneado por un toro durante el cuarto encierro de los festejos, que se celebran en la ciudad de Pamplona.

    Las fiestas de los Sanfermines, las más internacionales de España, llegaron ayer a su ecuador marcadas por la tragedia con la muerte de un joven corneado por un toro durante el cuarto encierro de los festejos, que se celebran en la ciudad de Pamplona.

    La víctima es un joven español de 27 años, identificado como Daniel Jimeno Romero, y natural de la localidad madrileña de Alcalá de Henares, que sufrió una herida por asta de toro que le afectó al pulmón al ser empitonado por un astado de la ganadería de Jandilla, de nombre “Capuchino”, según fuentes oficiales.

    Los cirujanos que le atendieron coincidieron en apuntar que sus heridas eran “mortales de necesidad”, por lo que no pudieron hacer nada por su vida.

    Jimeno Romero, que falleció tras ser intervenido quirúrgicamente, fue identificado horas después por unos familiares, entre ellos su madre, que se encontraban también en Pamplona, ya que en el momento del suceso no llevaba encima ninguna documentación.

    A pesar de que Daniel era natural de Madrid, su familia procedía de Navarra, por lo que viajó el pasado día 3 a Pamplona para disfrutar de los Sanfermines junto a sus padres, sus tíos y su novia, según confirmaron a Efe fuentes del Gobierno regional.

    Fanático
    Según las mismas fuentes, el joven era un gran aficionado a los toros desde niño, ya que su padre también fue corredor de los tradicionales encierros de Pamplona.

    En Alcalá de Henares, los vecinos del joven se mostraron sorprendidos con lo ocurrido, ya que según señalaron a Efe, Daniel era “experto” en correr encierros, especialmente los de San Fermín, ya que lo hacía anualmente.

    Todos en la localidad madrileña lloran la muerte de “el nenuco”, como era familiarmente conocido, “un chico muy querido y de lo mejor”, tal y como lo calificaron sus más allegados.