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Torturas de la CIA: alimentación rectal y otros métodos crueles

  • 09 diciembre 2014 /

Los sospechosos de terrorismo por los atentados del 11-S fueron sometidos a brutales torturas por la CIA.

Washington, Estados Unidos.

Los métodos brutales de la CIA para obtener información de los sospechosos de terrorismo en lugares secretos de Europa, Asia y Cuba, mantienen escandalizados al Senado y la Casa Blanca, tras revelarse hoy parte de un informe que permaneció oculto a la administración de Obama por varios años.

El programa de torturas, diseñado por dos agencias contratistas para sacar información a sospechosos tras los atentados del 11 de setiembre del 2001, en la era de George Bush, no fue efectivo y nunca produjo información que llevara a desbaratar ni un solo complot, mostró un reporte de la Comisión de Inteligencia el Senado.

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El resumen ejecutivo agrega que múltiples detenidos interrogados por la CIA fueron sometidos a técnicas como ahogamiento simulado, alimentación rectal, entre otras, que les causaron alucinaciones, paranoia, insomnio y muchos de ellos trataron de mutilarse.

A continuación algunas de las tácticas aplicadas a los presos:

1. Se obligó a los sospechosos de terrorismo a estar despiertos hasta 180 horas, generalmente de pie o en posiciones incómodas y dolorosas. A veces incluso tenían las manos esposadas por encima de sus cabezas.

2. En una instalación un detenido murió de hipotermia tras permanecer 'parcialmente desnudo' y encadenado a un piso de concreto, mientras que en otras ocasiones, los prisioneros desnudos estaban encapuchados y eran arrastrados por los pasillos mientras eran abofeteados y recibían puñetazos.

3. Uno de los detenidos fue amenazado con un taladro eléctrico, según han relatado las fuentes, aunque éste nunca llegó a ser usado en él.

4. Al menos uno de los prisionero, fue sexualmente amenazado con un palo de escoba.

5. Unos cinco detenidos fueron sometidos a alimentación vía rectal o hidratación rectal. Un día, el menú de Khan, consistente en hummus, pasta con salsa, nueces y pasas, le fue inyectado a la fuerza por la vía rectal. Las inyecciones persistieron y el preso intentó quitarse la vida en varias ocasiones con la ayuda de objetos punzantes. El jefe de interrogatorios de la CIA consideraba que el procedimiento lograba un total control sobre el detenido.

Las tácticas ideadas para forzar a los detenidos a revelar información sobre planes y células terroristas llegaron más allá de lo autorizado por la Casa Blanca, la propia CIA y los abogados que estaban al servicio del departamento de Justicia del presidente George W. Bush.