26/04/2024
09:31 AM

Termina interrogatorio a tesorero del Vaticano

Ciudad del Vaticano.

Las víctimas de sacerdotes pedófilos en Australia pidieron ayer en Roma a la Iglesia que no se limite a decir “palabras” y pasar a los actos, tras escuchar el testimonio del cardenal George Pell sobre el encubrimiento por décadas del fenómeno en su país.

“Hasta ahora hemos escuchado palabras. Necesitamos pasar a una acción concreta, y que se use todo el peso de la Iglesia para ayudar a las víctimas y para que eso no vuelva a ocurrir”, pidió Anthony Foster, padre de dos niñas violadas por un cura, al término de una reunión a puerta cerrada con el cardenal.

“George Pell era obispo auxiliar, responsable de vigilar a los sacerdotes que abusaron de mis hijas”, lamenta Foster.

“Esperamos que la Iglesia nos pida perdón y queremos reparación para las víctimas”, agregó Foster, quien viajó desde Ballarat, la ciudad natal del cardenal Pell, cerca de Melbourne, a Roma para asistir al interrogatorio del purpurado.

“Me propongo continuar ayudando al grupo (de víctimas) junto con los comités y agencias que tenemos en Roma y especialmente con la Comisión pontifica de protección de menores”, afirmó Pell después de reunirse durante hora y media con víctimas y sus familiares.

Foto: La Prensa



Último

El cardenal australiano, “ministro” de Economía del Vaticano, declaró ayer por cuarta y última vez ante la Comisión Real para una Respuesta Institucional al Abuso Sexual de Menores, ente gubernamental que investiga en Australia los abusos sexuales cometidos contra niños por sacerdotes y religiosos de la diócesis de Melbourne, cuando era arzobispo de esa ciudad.

Por sus problemas cardíacos, el exobispo de Melbourne y luego de Sídney, de 74 años, declaró durante cuatro días desde un hotel de Roma por medio de videoconferencia.En su ultima declaración, el cardenal evitó asumir responsabilidades por los casos de abusos por parte de sacerdotes, pero admitió que se encubrieron abusos sexuales a menores. “Espero que mi comparecencia haya contribuido un poco a curar, a mejorar la situación”, dijo.

Resumen

La comisión se centra actualmente en la situación en las ciudades de Ballarat y Melbourne, donde el cardenal Pell creció y trabajó, en los años setenta y ochenta, cuando sacerdotes pederastas abusaban de decenas de víctimas.

El eclesiástico, que reveló que el papa Francisco recibe a diario un resumen de las audiciones, afirmó que al menos dos arzobispos y otros miembros de la jerarquía católica le habían engañado al omitir informarle de la situación. Habló de un “mundo de delitos y ocultaciones”.

En estos cuatro días, Pell reconoció que la Iglesia había cometido “enormes errores”, si bien negó que conociera en profundidad, encubriera o protegiera a los sacerdotes pederastas con los que trabajó o conoció. Admitió que en la Iglesia Católica existía la tendencia generalizada de no dar crédito a las denuncias de los menores en una época en que se buscaba “proteger de la vergüenza a la institución”.

El prelado, además, justificó su inacción por su falta de autoridad o por el engaño y ocultación de información incriminatoria por parte de otros religiosos o de sus superiores sobre los delitos, pese a que éstos eran conocidos por la comunidad.