El presidente ruso Dimitri Medvedev firmó ayer el plan de paz con Georgia, pero sus tropas reforzaban sus posiciones y se adentraban en territorio georgiano para apostarse a unos 30 kilómetros de Tiflis.
Los blindados y tanques rusos seguían bloqueando la entrada principal a Gori, centro, un enclave estratégico situado a 60 kilómetros de la capital y cerca de Osetia del Sur, desencadenante del conflicto, constató ayer un fotógrafo de la AFP.
Además un reportero de esta agencia presenció movimientos de tanques y de vehículos blindados de infantería, armados con cañones de 30 mm, cerca de Igoyeti, a unos 30 kilómetros de Tiflis. Se desconoce el motivo de los desplazamientos de estas fuerzas, que el viernes habían abandonado Gori para adentrarse todavía más en territorio georgiano. Y eso que Medvedev suscribió ayer el plan de seis puntos negociado por la presidencia francesa de la Unión Europea, UE, para poner fin a los combates en Georgia, anunció el Kremlin.
El presidente georgiano Mijail Saakashvili ya estampó su firma el viernes en este acuerdo. Las condiciones para que las fuerzas rusas garanticen su seguridad hasta la puesta en marcha de un mecanismo internacional fueron negociadas al milímetro entre Estados Unidos, Francia y Rusia.
La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, comunicó el viernes a Tiflis los detalles, que se desconocen públicamente. El presidente de EUA, George Bush, consideró que la firma del acuerdo por Rusia era un 'paso alentador', aunque advirtió que las regiones separatistas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia deben seguir formando parte de Georgia. 'Ahora Rusia debe honrar el acuerdo y retirar sus fuerzas', advirtió. Rice insistió en que el ejército ruso debía 'iniciar el retiro inmediato' de las tropas.