24/04/2024
12:18 AM

Republicanos, listos para desafiar a Obama desde el Congreso

El mandatario advirtió a la oposición con utilizar el veto “cuantas veces sea necesario”.

Washington, Estados Unidos.

La oposición republicana asume mañana el control de Congreso de Estados Unidos, dispuestos a ejercer resistencia a Barack Obama, con iniciativas económicas y leyes que buscan contrarrestar varias reformas del Presidente, incluido su plan migratorio.

“Vamos a votar sobre cosas que sé que (a Obama) no le van a gustar, y espero que podamos ponerlas sobre su mesa (para su firma)”, dijo ayer el próximo líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, en una entrevista con la cadena CNN.

Y es que la acción ejecutiva de Obama es uno de los principales temas de controversia entre el Presidente y los republicanos.

El Congreso solo aprobó el presupuesto del departamento de Seguridad Interior hasta el 27 de febrero y entonces volverá a votar sobre la financiación de esa secretaría, en una decisión que estará seguramente condicionada a que se dé marcha atrás a la regularización de inmigrantes sin papeles.

El 20 de noviembre, Obama anunció que legalizaría por algunos años y por decreto a unos cinco millones de inmigrantes ilegales.

Los republicanos pretenden hacer fracasar ese plan a través del arma presupuestaria, una estrategia arriesgada, que podría conducir a una nueva parálisis de varios organismos federales.

Obamacare

McConnell aseguró que el Senado volverá a intentar derogar la reforma sanitaria aprobada en 2010, o al menos invalidar aspectos claves de esa ley defendida a capa y espada por Obama; además de votar a favor de la construcción del oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá al golfo de México.

Advierte usar la pluma. Obama ha prometido ocupar su veto presidencial si los republicanos aprueban una legislación a la que él se oponga; pero también ha dicho que cree que puede encontrarse puntos comunes en algunas áreas, incluyendo el comercio, los cambios al código tributario y el impulso al gasto en infraestructura.

Alcanzar acuerdos no será fácil en medio de la desconfianza de ambas partes.