Los rebeldes libios seguían avanzando ayer desde el oeste de Ajdabiya y los enfrentamientos también proseguían en Misrata, donde, según defensores de los derechos humanos, las fuerzas de Muamar al Gadafi usaron bombas de racimo en zonas residenciales.
En Misrata, asediada por las fuerzas de Gadafi desde hace dos meses, los combates dejaron seis muertos y 31 heridos, según fuentes médicas. El viernes, otras 13 personas murieron en los combates. “Hoy -ayer- ha sido muy difícil, ha habido muchos heridos”, incluyendo niños, dijo Paolo Grosso, un médico italiano enviado a Libia. “Es indignante que Libia use ese tipo de bombas, sobre todo en las zonas residenciales”, declaró en un comunicado Steve Goose, director de la sección “armas” de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, HRW.
El régimen de Gadafi desmintió el uso de estas bombas. “De ninguna forma. Ni moral, ni legalmente podemos hacer eso contra de nuestra población civil. Cuando se usan esas bombas las pruebas se mantienen durante días”, dijo Musa Ibrahim, portavoz del Gobierno.
Para Ibrahim, las denuncias de HRW son “surrealistas”. “Se basan en testimonios de los rebeldes o en llamadas telefónicas a sus oficinas en las capitales europeas”.
La Organización Mundial para las Migraciones anunció la salida de una segunda embarcación para seguir con la evacuación de miles de emigrantes hacinados en un campo cercano a Misrata.
En Siria
El presidente de Siria, Bashar Assad, indicó ayer que confiaba en que el Gobierno levante la próxima semana el estado de emergencia vigente durante décadas en el país. El fin del estado de emergencia ha sido una de las demandas principales de los manifestantes que escenifican una oleada de protestas desde hace cuatro semanas. Las movilizaciones suponen el desafío más serio al régimen autoritario del presidente Assad. Las leyes del estado de emergencia confieren al régimen la libertad de arrestar a personas sin cargo y amplía la autoridad del Gobierno hacia prácticamente todos los aspectos de la vida de las personas en Siria. Advirtió que con las reformas no habrá excusas para organizar protestas.
En Egipto
Un tribunal egipcio ordenó ayer disolver el ex partido gobernante y confiscar sus bienes, en cumplimiento de una de las principales demandas del movimiento de protesta que derrocó al presidente Hosni Mubarak.
El Tribunal Administrativo Supremo anunció el fallo cuando ordenó la disolución del Partido Democrático Nacional y la entrega de sus bienes y oficinas al Estado. La medida había sido reclamada en una demanda interpuesta por abogados que acusaron de corrupción al partido.
Es la más reciente concesión de los gobernantes militares egipcios a las demandas del movimiento de protesta, días después de que Mubarak y sus hijos fueron detenidos para investigar denuncias de corrupción y responsabilidad en la muerte de manifestantes. AFP/AP