15/12/2025
10:19 PM

Principal aliado político abandona a Dilma

Brasilia, Brasil.

El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer, rompió ayer con el Gobierno de Dilma Rousseff y la dejó aún más sola frente a un posible juicio con miras a su destitución. El PMDB decidió romper su coalición con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, declarándose “independiente”.

La reunión fue presidida por el senador y vicepresidente del partido, Romero Jucá, quien informó que el PMDB se retira de la base de gobierno de Rousseff.

“A partir de hoy, en esta reunión histórica del PMDB, el PMDB se retira de la base del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y nadie en el país está autorizado a ejercer cualquier cargo federal en nombre del PMDB”, proclamó Jucá, en medio de aplausos y de gritos de “¡Brasil presente, Temer presidente!”, en referencia al vicepresidente Temer, favorable a la ruptura.

La decisión se tomó en menos de tres minutos e implica que se entregarán el 12 de abril todos los cargos que los afiliados a esa formación tienen en el Gobierno de Dilma, lo que incluye a siete de los 31 ministros. El titular de Turismo, Henrique Alves, perteneciente a dicho partido ya había presentado su renuncia este lunes. La salida del PMDB representa un nuevo golpe para la mandataria de izquierda, que se vio forzada a aplazar un viaje a Washington, donde el jueves y el viernes debía participar en una cumbre de seguridad nuclear. El Partido de los Trabajadores convocó para mañana a marchas de apoyo.

Foto: La Prensa



Crecen temores

El PMDB tiene la mayor bancada en el Congreso, con 69 diputados y 18 senadores, clave para Rousseff para frenar el proceso de destitución. El mayor temor del Gobierno ahora radica en el efecto dominó que puede tener el abandono del principal partido político del país, que amenaza con arrastrar a otras formaciones de centro y derecha que integran la variopinta coalición que Rousseff heredó de su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva. El ejemplo del PMDB puede ser seguido por el Partido Progresista (PP), que tiene 49 diputados que, en su mayoría, ya se han pronunciado por la ruptura y en favor del proceso que tramita contra la mandataria en la Cámara Baja. El trámite para un juicio político está en manos de una comisión de 65 diputados, que determinarán si las maniobras para maquillar los balances del Gobierno en los dos últimos años, que fundamentan la acusación, suponen un “delito de responsabilidad”, que es una de las causas constitucionales para destituir a un jefe de Estado.

La comisión elaborará un informe sobre el caso que será votado por el pleno de la Cámara de Diputados, que le daría luz verde al proceso si lo respaldan al menos 342 de los 513 diputados. Este impeachment podría concluir hacia mediados de abril. Si se acepta la acusación, la palabra pasará al Senado, que por mayoría simple decidirá si abre el juicio político contra Rousseff, esto es por más de la mitad de sus 82 escaños. En ese caso, Rousseff sería apartada de su cargo por un período máximo de 180 días que duraría el proceso, hasta que la Cámara alta emita su veredicto final, esta vez por una mayoría de dos tercios. Si Rousseff finalmente fuera destituida, sería sustituida por Michel Temer, que completaría el mandato que concluye el 1 de enero de 2019.

Opositores

El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, llegó a su fin, afirmó ayer el socialdemócrata Aecio Neves, quien junto a otros líderes opositores prometió respaldar a quien suceda a la mandataria de izquierda en caso de impeachment.

“La partida del PMDB, en mi apreciación, provocará la de otras fuerzas que aún apoyan al gobierno”, añadió el senador, jefe del PSDB, el partido al que pertenece el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002). La cúpula del PSDB discutirá el lunes próximo con el expresidente Cardoso una potencial transición.