Túnez. El presidente Zine El Abidine Ben Alí, quien abandonó ayer el país tras un mes de manifestaciones contra su régimen, dirigía Túnez con mano de hierro desde hacía 23 años.
Al ser considerado una barrera capaz de frenar a los islamistas por muchos países, entre los que se encuentran las potencias occidentales, las críticas por la falta de democracia y las violaciones de derechos humanos solían ser limitadas. No obstante, la nueva reelección de Ben Alí para un quinto mandato en octubre de 2009 con cerca de 90% de los votos, criticada por la oposición tunecina, llevó a Estados Unidos a expresar su “preocupación”.
El primer ministro Mohammed Ghannouchi anunció ayer que había asumido de forma interina la presidencia de Túnez, en sustitución de Zine
El Abidine Ben Alí. El nuevo mandatario, de 69 años, llamó a la unidad de los tunecinos de todas las corrientes políticas.