La amenaza de los terroristas islámicos de atentar contra la vida del papa Francisco, no intimida al líder de la Iglesia Católica, que continúa con su misión de detener las masacres en Oriente Medio, apelando este martes a los líderes del grupo de países desarrollados y emergentes (G20) que combatan la ayuda que reciben los yihadistas.
En una carta enviada a los líderes, que se reunirán en Australia la semana que viene, Francisco asegura que 'el mundo espera del G20 un acuerdo más amplio, a través del sistema legal de Naciones Unidas, para que cese definitivamente la agresión injusta en Oriente Medio contra diferentes grupos, religiosos y étnicos, incluidas las minorías'.
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El papa argentino expresó su convencimiento de que la solución al auge del Estado Islámico (Isis) en Siria e Irak no puede 'ser exclusivamente de naturaleza militar', según la misiva dirigida al anfitrión de la cumbre de Brisbane, el primer ministro australiano Tony Abbott.
Los grupos como Isis reciben apoyo político o económico 'a través del comercio ilegal del petróleo o las armas y tecnología', aseguró.
En su carta, el papa exhorta a los participantes a no contentarse con 'declaraciones de principio' y recuerda también que la exclusión económica y social, en particular el desempleo de los jóvenes, favorece 'la actividad criminal e incluso el reclutamiento de terroristas'.
Hay 'formas de agresión menos evidentes pero igualmente reales y graves' en particular los 'abusos del sistema financiero' denunció el pontífice argentino.