San José, Costa Rica.
El opositor Luis Guillermo Solís ganó ayer la Presidencia de Costa Rica con un aplastante e histórico 78% de los votos, tras una inédita segunda ronda en la que enfrentó a un candidato oficialista retirado de la contienda.
“Hoy el pueblo habló y ya ha escogido a su presidente”, anunció el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Luis Antonio Sobrado, al precisar que Solís recibió el apoyo, récord en este país, de 1,029,000 sufragios, escrutados el 91.7% de las mesas electorales. Araya obtuvo un 22.13% de los votos.
“¡Tenemos el millón y más!.¡Muchas gracias Costa Rica por el cariño y el apoyo!.¡Muchas Gracias!”, escribió en su cuenta de Twitter Sólis, quien se había puesto la meta de recoger esa cantidad de votos para legitimar su gobierno.
Festejos
Miles de seguidores en las calles estallaron en júbilo ante el primer corte oficial. Banderas rojiamarillas del Partido Acción Ciudadana (PAC, centro), de Solís, tiñeron las principales vías capitalinas con vehículos que hacían sonar sus bocinas.
El abstencionismo fue del 43.6%. En la primera vuelta celebrada el 2 de febrero, el nivel de abstención fue del 31.81%.
Tras una jornada de 12 horas de votación, en calma y marcada por los aires de victoria de Solís, las urnas cerraron a las 6:00 pm con una moderada concurrencia de votantes, ante la desmotivación provocada por la falta de competencia. Más de tres millones de costarricenses estaban habilitados para votar. “No los defraudaré. El pueblo ha hablado. Ya nos sentimos muy cerca de la Presidencia”, dijo el aspirante del PAC en las afueras de un colegio electoral a seguidores que, en celebración anticipada, coreaban: “Se oye, se siente, Solís presidente”.
Sobre Solís
Historiador (55) que encarna la esperanza de cambio, Solís era claro favorito desde que hace un mes el aspirante del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), el exalcalde capitalino Johnny Araya (56), abandonó sorpresivamente la campaña porque las encuestas le vaticinaban una humillante derrota en el balotaje.
Pero el rostro de Araya estuvo en las papeletas de votación, porque la ley prohíbe renunciar a la candidatura.
“Es perfectamente posible (ganar), los liberacionistas están desafiando la adversidad”, dijo el oficialista al votar en el oeste de la capital. Desconocido en el inicio de la campaña, Solís, conciliador y de trato cálido, ganó simpatías en una población que cree cada vez menos en los políticos y clama por cambios tras décadas de bipartidismo y dos gobiernos consecutivos del PLN. “Yo voté por un cambio, contra el bipartidismo y la corrupción”, declaró Sergio Méndez, vendedor de abarrotes de 50 años, que llegó de camisa roja con una bandera rojiamarilla a votar a una escuela capitalina.
Contra todo pronóstico, el también profesor universitario y politólogo ganó la primera vuelta el pasado 2 de febrero con 30.6% contra 29.7% de Araya, pero sin alcanzar el 40% que evitaba el balotaje.
Descontento
Considerado el más impopular de los últimos 20 años, el Gobierno de Chinchilla, primera mujer en la Presidencia de Costa Rica, deja al país con un déficit fiscal del 6%, una deuda interna del 60% del producto interno bruto y el nada honroso primer lugar en América Latina en crecimiento de la desigualdad en 2013.
Es la primera vez en más de medio siglo que llega al poder en este país un partido no tradicional, fundado hace 13 años para quebrar el bipartidismo.
Solís se unió al PAC tras renunciar en 2005 al PLN -socialdemócrata que giró a la derecha-, señalándolo de corrupto y de impulsar un neoliberalismo que socavó los logros sociales que destacaban al país. AFP/Efe