Las fuerzas anti- Gadafi lanzaron anoche una ofensiva en Bani Walid para intentar apoderarse de uno de los últimos bastiones del derrocado líder; mientras tanto, en Trípoli el Consejo Nacional de Transición, CNT, intenta consolidar su poder.
Los combates comenzaron en Bani Walid, un oasis a 180 km al sureste de Trípoli, pese a que las nuevas autoridades libias habían dado hasta el 10 de septiembre a los partidarios de Gadafi para entregar las armas. Por la tarde, habitantes que huían de Bani Walid explicaron que los que se quedaron en esa población están angustiados y que es una ciudad fantasma, con todos los comercios cerrados, sin gasolina ni gas.
Aseguraron, además, que los combatientes pro Gadafi habían huido a las montañas vecinas llevándose armamento pesado.
“Entramos en Bani Walid. Vamos a combatirlos”, declaró Mahmud Abdelaziz, portavoz del CNT, la nueva autoridad política.
Un comandante rebelde dijo que se ha dado de plazo hasta hoy para que la ciudad se rinda. “Si ellos no izan mañana -hoy- la bandera rebelde, entraremos por la fuerza”, advirtió Abdel al-Nathori, quien comanda una de las brigadas que avanzan en Bani Walid.
CIA en contacto con Gadafi
Estadounidenses y británicos cooperaron estrechamente en los últimos años con los servicios secretos del coronel Muamar Gadafi, a tal punto que la CIA entregó prisioneros al régimen libio para que fuesen interrogados.
La CIA fue uno de los servicios de inteligencia extranjeros que colaboró con las agencias libias, según documentos hallados en el edificio de una agencia de seguridad libia en Trípoli.
Anteriormente habían aflorado versiones de dicha cooperación, pero los documentos suministran nuevos detalles sobre los vínculos entre naciones occidentales y el régimen de Gadafi.
Muchos de esos mismos países respaldaron los ataques de la Otan que contribuyeron a que los rebeldes libios desalojaran del poder a Gadafi. Un caso notorio es el de Abdel-Hakim Belhaj, comandante de las fuerzas rebeldes que ahora controlan Trípoli.
Belhaj fue líder del Grupo de Lucha Islámico Libio, un grupo miliciano ahora disuelto asociado a al-Qaida. Belhaj dijo haber sido torturado por agentes de la CIA en una prisión secreta y después enviado de regreso a Libia. Dos documentos de marzo de 2004 parecen ser correspondencia de EUA a funcionarios libios para arreglar la entrega de Belhaj. AP/AFP