Las mujeres indias han decidido defenderse ellas mismas. La brutal violación de la joven de 23 años en un autobús ha provocado unas protestas y un debate sin precedentes acerca de la situación de la mujer en la India.
El ataque también ha generado una demanda sin precedentes de licencias de armas de fuego entre las mujeres. Además, se han disparado las ventas de sprays de pimienta y los cursos de autodefensa.
Hasta 274 mujeres han solicitado el permiso de armas en la capital india desde el 18 de diciembre, dos días después del ataque a la estudiante de fisioterapia, según el Departamento de Policía de la ciudad.
Se defienden
Más de 1,200 mujeres han pedido información al respecto. Las cifras no parecen muy elevadas en una urbe de 17 millones de habitantes, pero suponen más de la mitad de las solicitudes de permiso de armas de todo el 2011, señala el diario The Times of India. Solo el 20% de las personas que piden un permiso son mujeres, pero el porcentaje se ha duplicado en diciembre.
Se estima que en la India existen 40 millones de armas, el segundo país tras Estados Unidos en posesión de armas de fuego. Sin embargo, con 1,200 millones de personas solo tres de cada 100 indios poseen un arma.
Amanat –como ha sido bautizada la joven dado que en India no se revela la identidad de las víctimas de violaciones– fue torturada y violada en un autobús en movimiento por seis hombres el pasado 16 de diciembre. La estudiante de fisioterapia y su prometido fueron abandonados desnudos en una cuneta. La joven falleció en Singapur, donde fue trasladada por razones médicas, el 29 de diciembre.
Lo inusual del suceso no radica en la brutalidad de la agresión sexual, sino en la respuesta de la cada vez más unida y exigente clase media urbana. Las protestas contra al Gobierno se han sucedido en el país y se ha señalado a la policía por su aparente inoperancia. Un terremoto político y social que podría cambiar el trato que recibe la mujer en el país. “Se trata de un momento definitorio de nuestra democracia. Durante décadas, la cuestión de la mujer ha sido defendido por grupos feministas y de derechos humanos. Por primera vez, los ciudadanos han hecho suyas estos problemas”, afirma Ranjana Kumari, directora del Centro de Investigación Social y conocida feminista.