Varios miles de mexicanos vestidos de blanco gritaron ayer “¡Estamos hasta la madre!” (hartos) de la violencia que ha dejado más de 35,000 muertos desde 2006, en marchas celebradas en una veintena de ciudades, entre ellas Cuernavaca, donde fue asesinado un hijo del poeta Javier Sicilia hace diez días.
La muerte de Juan Francisco Sicilia y otros seis jóvenes, quienes fueron torturados y asfixiados por presuntos miembros del crimen organizado, prendió la mecha de indignación en un país que ha visto conmovido la entereza y coraje con que el poeta Sicilia ha afrontado su tragedia familiar.
Movimiento
La convocatoria de la marcha nacional por la paz fue liderada por Sicilia y replicada en las redes sociales y en medios de comunicación de masas, como pocas veces se ha hecho en México.
Las manifestaciones en el país coincidieron con la advertencia del ministro mexicano de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de que la violencia del crimen organizado en México comenzará a bajar en 2014 o 2015, tras siete años de combate frontal del Gobierno contra los carteles de las drogas.
Las urbes donde hubo marchas o mítines de protesta, además de la capital del país fueron, entre otras, Monterrey, Ciudad Juárez, Guadalajara y Reynosa, las más golpeadas por el crimen organizado. En algunas salieron unas decenas de personas, mientras que, según cálculos de un portavoz de los convocantes, en Cuernavaca se reunieron cerca de 20.000 manifestantes y en la capital fueron unos cinco mil.
En Cuernavaca, ciudad cercana al Distrito Federal y donde los sicarios del crimen organizado han cometido asesinatos que exhiben con morbo al colgar a sus víctimas de puentes, los padres de Gabriel Alejos, quien fue asesinado junto con el hijo de Sicilia, dijeron que “los muchachos eran emprendedores y el futuro de México”.