A la crisis que atraviesa España como consecuencia del caso de ébola que afecta a una enfermera de Madrid, ahora debe sumársele otro: ningún médico titular quiere atender a la paciente, quien se encuentra ingresada en el Hospital Carlos III de la capital.
Los argumentos que esgrimen los profesionales de la salud es que no han sido capacitados lo suficiente para atender este tipo de casos y exigen a las autoridades sanitarias españolas la formación suficiente para evitar contagios al momento de atender a los pacientes afectados, en este caso, una colega.
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El hospital Carlos III, donde permanece ingresada la primera persona contagiada de ébola fuera de África, se ha visto obligado a contratar personal extra para poder atender todos los casos sospechosos recibidos.
'Hay trabajadores que están renunciando a sus contratos para no tener que entrar', asegura Elvira González, vicesecretaria provincial del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE) al diario El País.
De manera desesperada, y ante la negativa de los titulares de enfrentar la situación, el Ayuntamiento ha recurrido a seis médicos que han realizado suplencias durante el último verano, según consignó el diario español ABC. La oferta es temporal por 15 días y seis de los convocados han aceptado el reto que supone atender a alguien afectado con ébola, el virus que golpea a África y que llegó a los Estados Unidos y España.
'Hay quien le tiene más miedo a estar desempleado que al ébola', señalaron al ABC los encargados de hacer los llamados a los médicos que actualmente se hallan sin actividad. La necesidad de contar con muchos médicos para los tratados intensivos de Teresa Romero es debido a que los profesionales de la salud no pueden permanecer mucho tiempo junto a la paciente, y la rotación debe ser constante.
Sin embargo, las imprevisiones continúan: nadie tiene muy en claro cuáles son las precauciones que tienen que tomar a la hora de entrar en contacto con el enfermo y -al parecer- tampoco saben cómo ponerse y sacarse el traje especial que es utilizado para permanecer inmune al virus.