El número de muertos desde el comienzo de la revuelta contra el régimen sirio en marzo de 2011 superó la barrera simbólica de los 100.000, en un momento en que está poco claro que la conferencia internacional de paz se vaya a celebrar en julio, lo que aleja la solución a la guerra.
El conflicto dejó, al menos, 100.191 personas muertas desde el comienzo de la revuelta contra el régimen en marzo de 2011 que tras la represión derivó en una guerra civil, según un nuevo balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Este balance incluye a 36.661 civiles, 18.072 combatientes rebeldes y 25.407 miembros de las fuerzas gubernamentales, afirmó esta ONG que obtiene la información de una red de activistas y de fuentes médicas y militares en el país.
En el plano diplomático, Estados Unidos dio a entender el martes que la conferencia de paz llamada Ginebra 2 no se celebraría en julio, retrasando todavía un poco más cualquier esperanza de una solución política al conflicto.
Por su parte, el emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, 'dudó' de que se celebre en julio.
Ginebra 2, que es la continuación de un primer plan de paz internacional firmado el 30 de junio de 2012 en Ginebra pero nunca aplicado, es una idea de Washington y de Moscú para intentar abrir negociaciones para conseguir establecer un gobierno de transición en el que régimen y oposición estén representados.
Sin embargo, según una fuente diplomática próxima a las negociaciones, rusos y estadounidenses divergen sobre la composición de este gobierno. Los estadounidenses insisten en que debe excluir a Bashar al Asad, mientras que los rusos sostienen que debe estar integrado por miembros de la oposición y del régimen, entre ellos el presidente sirio.
'La situación sobre el terreno y el hecho de que el régimen siga evitando cualquier discusión constituyen verdaderas trabas', afirmó Patrick Ventrell, portavoz adjunto del Departamento de Estado estadounidense.
Los próximos 1 y 2 de julio, los ministros de Relaciones Exteriores ruso y estadounidense, Serguei Lavrov y John Kerry, discutirán sobre la crisis siria en Brunei.
'No estamos de acuerdo en todo, pero Estados Unidos y Rusia están de acuerdo en que la única forma de salir de este conflicto pasa por una solución política', insistió el portavoz estadounidense.
Sobre el terreno, este miércoles la aviación del régimen llevó a cabo varios bombardeos contra Rastan, uno de los últimos bastiones de la rebelión en la provincia central de Homs.
En esta región el ejército sirio, gracias al apoyo del movimiento chiita libanés Hezbolá, logró su principal victoria militar al hacerse con la ciudad rebelde de Quseir a principios de junio.
Este avance empujó a 11 países occidentales y árabes que apoyan a la oposición a tomar la decisión de intensificar su ayuda a la rebelión para invertir el equilibrio de fuerzas sobre el terreno de cara a una posible celebración de Ginebra 2.
El martes, Arabia Saudí se comprometió a no quedarse 'de brazos cruzados' frente a las matanzas perpetradas en Siria.
'Ayudaremos al pueblo sirio a defenderse', afirmó el jefe de la diplomacia saudí, Saud Al Faysal.
Damasco reaccionó a estas declaraciones asegurando que 'la violencia en Siria procede de armas saudíes, de dinero saudí y de terroristas ligados a Arabia Saudí', según el ministro sirio de Información, Omran al Zohbi.
Mientras, en el vecino Líbano, los incidentes relacionados con el conflicto sirio se repiten desde hace semanas en un país dividido entre partidarios y detractores de Asad. En Beirut, 20 sirios resultaron heridos este miércoles tras ser acuchillados por varios desconocidos que asaltaron el autobús en el que viajaban, según la policía libanesa.