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Maradiaga aplaude que Lobo busque reconcialión

  • 13 enero 2010 /

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez de Maradiaga, ha aplaudido que el presidente electo de su país, Porfirio Lobo, haya expresado su deseo de formar un 'gobierno de reconciliación'.

    El arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internacional, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez de Maradiaga, ha aplaudido que el presidente electo de su país, Porfirio Lobo, haya expresado su deseo de formar un 'gobierno de reconciliación' con 'ministros de distintos partidos'.

    En declaraciones a Efe en Alicante (este de España) antes de ofrecer la conferencia 'La misión de la Iglesia y su incidencia en la lucha contra la pobreza', el cardenal ha abogado por trabajar por la 'reconciliación porque un pueblo dividido no puede llegar a ninguna parte'.

    'Él ha expresado que quiere hacer un gobierno de reconciliación. Por lo que he escuchado, piensa poner ministros de los distintos partidos y creo que puede hacer mucho bien', ha comentado sobre Lobo, del Partido Nacional y que está previsto que sea investido presidente el próximo día 27 tras ganar las elecciones del 29 de noviembre.

    Por su parte, Rodríguez de Maradiaga se ha comprometido a colaborar en este proceso en la medida de sus posibilidades: 'Estamos haciendo esfuerzos, todos, para que se dé esa reconciliación'.

    Al término de la conferencia, pronunciada en el Aula Caja Mediterráneo (CAM) y organizada por la Diócesis de Orihuela-Alicante, el cardenal también fue preguntado en el turno de intervenciones del público por la postura de la Iglesia hondureña en la crisis política.

    Rodríguez de Maradiaga ha sostenido que la Conferencia Episcopal hondureña 'no está a favor de ningún golpe' y ha aclarado que lo que realmente hubo con la destitución de Manuel Zelaya 'fue una sucesión constitucional' porque los militares actuaron por mandato de la Corte Suprema de Justicia.

    Ha culpado de lo sucedido al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por convencer a Zelaya a cambiar la Constitución 'para quedarse veinte años más' en el poder.

    Ello a pesar de que el proyecto para hacerlo, conocido como la 'cuarta urna', infringía un artículo especialmente protegido de la Carta Magna que le imposibilitaba repetir en el cargo, lo que obligó a actuar a la Justicia.

    'Los militares tuvieron que ejecutar una orden de la Corte Suprema de Justicia de captura por los delitos civiles que había cometido el presidente', ha mantenido antes de añadir que tanto Zelaya como 'su grupo de ministros' habían defraudado y saqueado al Estado.

    Para el cardenal, que ha puntualizado que la expulsión del país de Zelaya sí que fue anticonstitucional, la Iglesia hondureña fue objeto de difamación y calumnias dentro de una campaña 'planificada' por medios de comunicación financiados por Chávez, que desde el primer momento difundieron que apoyaba un golpe de Estado.

    Ha proseguido que esos 'ataques' contra su persona desde Venezuela se deben 'a la estrategia de este hombre (Chávez) en destruir la autoridad eclesiástica' frente 'a la verdad y a la Justicia'.

    En cuanto a la conferencia de la pobreza, Rodríguez de Maradiaga, que tras la muerte de Juan Pablo II fue considerado como uno de los posibles sucesores, ha calificado al actual orden económico como 'mortífero' por caracterizarse por la 'avidez, la codicia y el deseo de poder' de unos pocos sobre la inmensa mayoría de la Humanidad.

    'Hay que cambiar el modelo', ha subrayado antes de referirse a 'los verdaderos amos del Mundo, que son invisibles y no sujetos al poder social o sindical'.

    Para el cardenal, estos 'amos' del planeta que manejan el capital cuentan con la complicidad del Banco Mundial, el FMI y la Organización Mundial de Comercio, auténticos 'bomberos pirómanos' que obstaculizan los intentos por un nuevo sistema de comercio 'equitativo y transparente', sin 'barreras y subsidios'.
    También se ha referido a la 'tragedia' del deterioro del medio ambiente, como en la Amazonia, y al incesante auge de la carrera armamentística a pesar de las continúas crisis alimentarias.