La madre del pederasta y asesino Marc Dutroux pidió hoy que su hijo no sea liberado nunca, porque es un hombre 'peligroso' que 'jamás se ha arrepentido' de lo que hizo, y que podría reincidir.
En una entrevista concedida a los periódicos del grupo Sudpresse, Jeannine, de 80 años, reflexiona sobre los motivos por los que su hijo terminó convirtiéndose en un delincuente, y concluye que su deriva fue debida a 'la ausencia de un padre'.
'Victor Dutroux, el padre de Marc, siempre estuvo ausente en la educación de nuestros cinco hijos. Durante el juicio el dio a entender que quizá no era el padre de Dutroux. Es una vergüenza que lo dijera. Yo no tengo miedo de decir que fui yo quien trajo al mundo a ese niño', afirma.
La mujer recuerda el tremendo rechazo que le produjo enterarse de los hechos cometidos por su hijo.
'Secuestraba a niñas, las violaba y les daba caramelos antes de ponerlas en libertad', dice con horror la madre, que añade haberse sentido sorprendida y 'encolerizada' al descubrir lo jóvenes que eran las chicas.
'Si le sueltan, corre el riesgo de volver a empezar', afirma.
'Él es diferente porque es peligroso. Nunca ha reconocido haber hecho nada malo. Nunca se ha arrepentido', añade.
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Dutroux, que se ganó en los años noventa el apodo de 'enemigo público número uno' de Bélgica, fue detenido hace casi 20 años y condenado a cadena perpetua sin atenuantes por el secuestro y violación de seis niñas y jóvenes de entre 8 y 19 años, de las que cuatro fueron asesinadas.
Su exesposa fue condenada en 2004 por haber participado en el secuestro de varias de las víctimas y por haber dejado morir de hambre a dos de ellas, de 8 años, encerradas en un escondrijo subterráneo en la casa de la pareja en Charleroi, ciudad situada en el sur del país.