En la Franja de Gaza, donde los residentes enfrentan penurias de manera habitual, el zoológico de Jan Yunes no es una prioridad, y su cierre parece inevitable en un momento en que los animales mueren uno tras otro.
Tras la guerra entre Israel y Hamas, los leones y tigres momíficados se han convertido en la principal 'atracción del zoológico. La triste situación es provocada por la falta de apoyo económico y la situación bélica.
Ahora sólo quedan 15 felinos, que conviven con los cadáveres de sus compañeros momificados.
El dueño del zoológico, Mohamed Aweda, exhibe a los animales pues tras la guerra de Gaza, perfeccionó sus habilidades de taxidermia de animales muertos.
De los cientos de animales que conformaron el parque en el momento de su inauguración en 2007, en las jaulas queda un ciervo, un pelícano incapaz de volar, una avestruz casi sin plumas, dos puercoespines que pasan el día durmiendo y un tigre, que pese a que lleva días sin comer se pasea majestuoso.
El dueño del zoológico ha decidido vender a los pocos animales que quedan vivos, antes de que mueran de hambre.
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En una jaula abandonada, un cartel roído pide a los visitantes que respeten 'la limpieza del lugar', donde los cadáveres de unos cocodrilos y de un león se pudren al sol. A unos metros yacen los esqueletos de unos ciervos.
Tras años de esfuerzos, el dueño, Aweda, admite su derrota y señala que está tratando de vender al tigre y al resto de los animales. El tigre 'no ha comido en cuatro días', cuenta a la AFP. 'La comida cuesta 250 sekels israelíes (63 dólares, 58 euros)', precisa. Aweda dice que no ha podido recolectar esa suma por las entradas en un año.
![]() Varios esqueletos se observan en el zoológico de Gaza.
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Cuando abrió el recinto, de unos 2.000 metros cuadrados, familias con niños acudían todos los días y pagaban tres sekels para ver águilas, leones, ciervos, pelícanos, cocodrilos y un tigre.
Pero desde entonces, la Franja de Gaza, controlada por el movimiento islamista Hamas ha sufrido tres guerras. En el último conflicto, a mediados de 2014, murieron 2.251 gazatíes, 73 israelíes y 67 soldados. Los animales también fueron alcanzados por los bombardeos.
Después del conflicto, 'esperé días antes de poder entrar porque el olor de la muerte era demasiado fuerte', cuenta Aweda.
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Ahora, espera poder vender al tigre por unos 30.000 dólares y después espera poder deshacerse también del terreno. Será el final del zoológico de Jan Yunes.
En Gaza, 80% de la población depende de la ayuda exterior.