A unque la frontera sur de Estados Unidos con México, de unos 3,219 kilómetros, atrae mucha más atención, la frontera norte de 8,851 kilómetros con Canadá ofrece más oportunidad para los cruces ilegales.
En muchos lugares, como esta localidad fronteriza de Vermont, hay pocos indicios de donde termina una nación y empieza otra.
Algunas casas, granjas y negocios incluso se ubican a horcajadas entre los dos países; en otras áreas, un pequeño obelisco blanco es el único marcador de la frontera. En el último año, los agentes hicieron 3,000 detenciones a lo largo de la frontera norte, comparado con 100 veces más a lo largo de la frontera sudoccidental con México.
También confiscaron 318 kilos de mariguana y cocaína en el norte, comparado con 725,700 kilos a lo largo de la fuertemente resguardada frontera sur.
Pero las autoridades reconocen que no pueden decir con certeza cuánta actividad criminal ocurre como resultado de los cruces fronterizos norteños porque sus medios de detección son limitados.
Además de las drogas, el contrabando de personas es otro desafío para la agencia policial de Canadá.
|
Esta área es un refugio para los contrabandistas y las organizaciones criminales transfronterizas. Cada año, los agentes de la Patrulla Fronteriza atrapan a cientos de contrabandistas de drogas y traficantes humanos que usan las áreas escasamente pobladas y densamente boscosas a lo largo de la frontera entre Vermont y Canadá para eludir a los agentes, cámaras, sensores y otros dispositivos electrónicos que el Departamento de la Seguridad Interior ha instalado para compensar la falta de personal.
La extensión y lejanía de gran parte de la frontera norte, que incluye a Alaska, vuelve abrumadora la tarea de aplicar la ley, dijo Norman M. League, quien encabeza la estación de la Patrulla Fronteriza en Champlain, Nueva York, una de las ocho estaciones en la región de Swanton que supervisa las operaciones de seguridad fronteriza en Vermont, el norte del Estado de Nueva York y Nueva Hampshire.
“Hacemos lo más que podemos con los recursos que tenemos”, dijo.
La frontera con Canadá, la más larga entre dos países en el mundo, difícilmente ha merecido una mención en una campaña presidencial dominada por el llamado de Donald Trump a erigir un muro entre Estados Unidos y México. Pero funcionarios y agentes policiales dicen que hace a la región más vulnerable en muchas formas a la explotación por parte de empresas criminales y posibles terroristas.
Desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, el Departamento de Seguridad Interior ha incrementado el número de agentes de la Patrulla Fronteriza estacionados a lo largo de la frontera norte a más de 2,000, respecto de unos 340, además de añadir sensores terrestres, drones y otros dispositivos de detección. Casi 18,000 agentes patrullan la frontera sudoccidental con México. The New York Times