Tímido y de apariencia enclenque, Omram Yuma Shaban se presenta con tres de sus compañeros de armas vistiendo la misma ropa que llevaban el 20 de octubre, la fecha que nunca podrán olvidar.
Cuatro rebeldes relataron al diario español El País cómo descubrieron y apresaron al dictador libio en una alcantarilla de Sirte.
Omran enseña los trofeos, entre ellos una pistola de oro de Gadafi, con una mueca de orgullo. Estudiante de Ingeniería Eléctrica de 21 años, no es de los rebeldes libios más aguerridos, aquellos muchachos que se lanzaron al combate contra las tropas de Muamar Gadafi en los primeros instantes de la revuelta que nació en Bengasi y que dos días después, el 19 de febrero, se contagió a Misrata. Es un joven tranquilo de 21 años. A mediados de abril decidió sumarse a los insurgentes de Libia.
“Lo vi primero”
“Me uní a la revolución porque los soldados de Gadafi empleaban en Misrata los métodos más sucios. En marzo, en mi barrio, cualquier hombre que salía de casa era detenido. Mataban a niños, violaban a mujeres”, comenta imperturbable. El jueves de la semana antepasada alcanzó la gloria ante un desagüe repleto de desperdicios en Sirte, la ciudad natal del tirano. “No creía lo que veían mis ojos. Nadie pensaba que Gadafi estaba ahí. Capturé al mayor terrorista del mundo después de Osama bin Laden”, explica Omran.
Yo lo vi el primero cuando ya estaba fuera de la tubería y a dos metros de mí. Me quedé conmocionado y paralizado. Pero toqué el Corán que llevo en el bolsillo y eso me dio fuerzas para chillar: ‘¡Aquí está Gadafi! ¡Aquí está Gadafi!’. Le dije que soltara su arma tres veces, pero no lo hizo. Y él me dijo: ‘¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?’. Cuando lo vi gateando y mirando con la cabeza ladeada pensé: ‘¿Cómo el rey de reyes puede estar ahí como una rata?’”.
Yo estaba viendo al otro lado de la tubería que los militares dejaban fusiles en el suelo, pero aún los tenían en las manos y podían disparar. Me dio miedo. Entonces me abalancé sobre Gadafi y le quité una de las pistolas, la que no es de oro. No sé de dónde me salió la fuerza”. Tomado de Elpaís.com