Los medios estadounidense informan que el testimonio del joven que le amputaron las piernas tras el atentado de Boston fue clave para encontrar a los sospechosos del acto terrorista.
Pocos metros por delante de él, encaramado a una valla se ve a Martin Richard, el niño de ocho años que falleció víctima de la explosión cuando esperaba en la meta a su padre. Y, en el suelo, a menos de medio metro, la mochila que supuestamente contenía la bomba