Kevin Noel Oviedo Reyes (21) buscaba el sueño americano, pero el destino le jugó una mala pasada.
El tren lo arrolló y hoy su familia lucha por repatriar su cuerpo.
Reyes nació en la aldea Jalisco, Omoa, Cortés, donde se crió con su abuela porque su madre murió. Tomó la decisión de viajar después de que su abuela falleciera.
Kevin decidió irse “mojado” y al llegar a Veracruz, México, encontró trabajo e hizo vida marital con una hondureña durante tres años.
Tras un acuerdo entre la pareja, Kevin cruzaría primero la frontera y luego lo haría su compañera, pero todo fue en vano. Varias personas que viajaban con él relatan que en la ciudad de Zelaya, Guanajuato, México, el tren paró y todos los emigrantes decidieron bajarse a descansar en los alrededores por temor de ser sorprendidos por la “migra”, pero Kevin no quiso alejarse mucho y se acostó sobre la línea férrea, donde se puso a escuchar música y al parecer se durmió.
Al día siguiente lo encontraron muerto y desmembrado.
“Él estaba cansado, agotado por el viaje. Se durmió escuchando música”, dijo un amigo suyo que lo acompañó en la odisea.