El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró este martes que quiere una reforma integral de las leyes de inmigración de su país y señaló que su Gobierno castiga a los empleadores 'que se aprovechan de los trabajadores indocumentados'.
Obama compartió una tertulia hogareña con una familia en Albuquerque, Nuevo México, como parte de sus giras políticas en apoyo de los candidatos demócratas y de cara a las elecciones de noviembre, que renovarán toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
'Somos un país de leyes y tenemos que asegurarnos de que nuestro sistema inmigratorio sea ordenado y justo', dijo Obama, quien añadió que es tan importante controlar el ingreso de inmigrantes como abrir una senda hacia la legalización para los que ya están en Estados Unidos.
'Pero si el sistema que tenemos permite que la gente simplemente entre, eso significa que las personas que esperan ya sea en México, en Kenia o en Polonia, donde sea, la gente que hace sus trámites legales y espera, tendrá que esperar más tiempo', añadió.
'Si disminuyeran los períodos de espera para que se cumplan los trámites, mucha gente se inclinaría a ir por la ruta legal en lugar de tomar la ilegal', según Obama.
El Gobierno federal, continuó el presidente, ha empezado a castigar 'a los empleadores que se aprovechan de los trabajadores indocumentados y no les pagan tiempo extra, o no les pagan el salario mínimo o no les dan descansos en sus horas de trabajo'.
'Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que los empleadores traten a todos los trabajadores justamente, y proporcionar una senda para la ciudadanía para los (inmigrantes indocumentados) que ya están aquí, pero tendrán que pagar una multa, así como los impuestos que deban y no tener antecedentes criminales', dijo Obama.
Según el presidente 'los inmigrantes pueden ser una enorme fuente de fortaleza para el país'.