California, Estados Unidos
La historia de terror del matrimonio Turpin, que mantuvo encerrados en condiciones inhumanas a 12 de sus hijos durante toda su vida, acabó el viernes cuando se declararon culpables en un juzgado de Riverside, California, en un acuerdo judicial por el que pasarán el resto de su vida en la cárcel.
| Sépalo
David y Louise Turpin habían vivido previamente en dos casas en Texas antes de mudarse a California en 2010.
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La Fiscalía, que había presentado pruebas estremecedoras contra la pareja, reconoció que el principal incentivo para aceptar un acuerdo de culpabilidad era evitar que los niños tuvieran que declarar en el juicio.
Louise Ann Turpin (de 50 años), y David Allen Turpin (de 57) fueron detenidos en enero de 2018 en su casa de Perris, California, donde la policía los encontró con sus hijos. Se declararon culpables de 14 cargos cada uno en total, de los 49 a los que se enfrentaban. Los cargos incluyen los hechos más graves que se les imputaban, como tortura, detención ilegal, maltrato de adultos dependientes y maltrato de menores.
El acuerdo implica que aceptan una pena de cadena perpetua, con un mínimo de cumplimiento efectivo de 25 años de prisión. Hasta entonces no podrán pedir la libertad condicional. La sentencia definitiva será leída el 19 de abril.
Para recordar
2 Una de las hijas, de 17 años, escapó por una ventana y llamó a la policía desde un móvil. Cuando le preguntaron dónde estaba exactamente, dijo: “No lo sé, nunca he salido a la calle”.
La terrorífica historia
El matrimonio Turpin tiene 13 hijos. El más pequeño era un bebé de un año en el que la policía no ha encontrado ninguna prueba de abuso y estaba en buenas condiciones de salud, por lo que los crímenes afectan a los otros 12. El mayor tiene hoy 30 años. Los niños vivían de noche, no vieron la luz del sol durante años, no fueron al colegio y no comían. En las imágenes que enseñó la Fiscalía en el juicio y las múltiples imágenes de sí mismos que los Turpin pusieron en redes sociales, tenían un aspecto escuálido y la piel descolorida.
El fiscal de Riverside, Mike Hestrin, explicó a la prensa tras el acuerdo de culpabilidad que había decidido aceptarlo porque así las víctimas no tienen que testificar. Aclaró que no habría tenido ninguna duda de llamar a los niños al estrado a contar su versión si hubiera ido a juicio. Hestrin aseguró que este acuerdo equivale a la máxima pena posible que hubiera podido caer sobre los Turpin, cadena perpetua, y que los crímenes que reconocen abarcan la generalidad de los hechos más graves. Suficiente para evitar a los niños testificar en público delante de sus padres.
Hestrin dijo que se había reunido con todos los niños, incluyendo una que tiene tres años. Hace un año fueron ingresados en hospitales tras más ser rescatados de su propia casa, hasta que empezaron a recuperarse físicamente y mentalmente. “Me ha emocionado su esperanza sobre el futuro”, dijo Hestrin. “Tienen ganas de vivir y sonrisas muy grandes. Soy muy optimista sobre ellos”.