Cuatro de las menores secuestradas el mes pasado por la milicia islamista Boko Haram en el noreste de Nigeria escaparon de sus captores, que aún mantienen retenidas a otras 219 adolescentes, según el responsable de Educación del estado de Borno, Musa Inuwa.
Las niñas se estaban examinando el 14 de abril en una escuela secundaria de la aldea de Chibok cuando un grupo de islamistas armados asaltó el centro. Los milicianos rodearon al escuela y subieron a las adolescentes a bordo de camiones.
Tras el secuestro, 53 rehenes lograron escapar, a las que se sumarían las cuatro confirmadas ahora por Inuwa.
Por otro lado, la movilización internacional para ayudar a poner fin al secuestro sigue. En España el Congreso de los Diputados ha instado al Gobierno a que contribuya a remover los obstáculos que impiden que la comunidad internacional 'intervenga con eficacia en el combate' a la organización criminal Boko Haram.
Lucha internacional
La Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja ha aprobado por unanimidad una proposición no de ley, presentada originalmente por UPN pero cuyo texto se modificó y pactó posteriormente con PP, PSOE y PNV.
Un llamado angustioso
La iniciativa solicita al Ejecutivo que 'impulse' en la ONU 'la creación de un grupo de trabajo que contribuya eficazmente a erradicar la lacra de la violencia que generan los movimientos terroristas' y la 'puesta en marcha de un instrumento internacional de ayuda y colaboración con las instituciones de Nigeria para enfrentar conjuntamente este fenómeno'.
El Congreso ha expresado además su 'más enérgica condena' a todos los actos de violencia cometidos por Boko Haram y ha condenado 'el fanatismo religioso con el que se pretende justificar el ataque a, entre otros, comunidades cristianas no solo en Nigeria, sino en otros países del mundo'.
La Cámara Baja insta en esta proposición no de ley al Gobierno y a las propias Cortes Generales a que 'presten su apoyo a los movimientos e iniciativas sociales en defensa de la libertad, los derechos de las mujeres, en contra de la esclavitud y frente al avance del radicalismo islámico'.
Además de solidarizarse con las víctimas de Boko Haram, requiere a Nigeria que 'implemente reformas sociales y económicas profundas en el nordeste del país que persigan un mejor gobierno combatiendo la corrupción y la impunidad y un mejor reparto de la riqueza que combata efizcamente la pobreza».