Brasilia.
La Cámara de Diputados de Brasil confirmó ayer que celebrará tres sesiones extraordinarias, entre viernes y domingo, para decidir si el trámite para un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff llega al Senado. En caso de que el pleno de los diputados respalde el dictamen, el caso pasará a manos del Senado, cuyos 81 miembros decidirán, por mayoría simple, si efectivamente se abre el juicio contra Rousseff, quien en ese extremo sería separada del cargo durante los 180 días que durará el proceso.
La Cámara baja precisó que en la sesión del viernes serán escuchados en el pleno los abogados responsables de la denuncia y también la defensa de la mandataria, hasta ahora ejercida por el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo. Escuchadas esas declaraciones, los 28 partidos representados en la Cámara de Diputados dispondrán de una hora cada uno para exponer sus posiciones a través de los jefes de cada grupo, lo que será realizado entre el viernes y el sábado.
El domingo estará dedicado a la propia votación, que según se informó será oral, lo que supondrá que cada uno de los 513 diputados deberá acercarse al micrófono del pleno para declarar si apoya o rechaza el juicio político contra Rousseff. El proceso solo llegará al Senado en caso de que sea respaldado por una mayoría calificada de 342 votos, que representan dos tercios de los escaños.
Tanto la oposición, favorable al proceso, como el oficialismo que tilda esa iniciativa como un “golpe”, han convocado manifestaciones para el fin de semana, a fin de presionar a los parlamentarios desde las calles.
También ayer, el Partido Progresista (PP), que tiene la cuarta minoría en la Cámara de Diputados de Brasil, anunció su ruptura con la presidenta Rousseff y que la mayoría de sus 47 diputados votará a favor de la destitución. “El partido sale del Gobierno unido, porque la mayoría ha deliberado y decidido apoyar el proceso” contra Rousseff, dijo el jefe del PP en la Cámara baja, Aguinaldo Ribeiro.
La Cámara de Diputados de Brasil confirmó ayer que celebrará tres sesiones extraordinarias, entre viernes y domingo, para decidir si el trámite para un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff llega al Senado. En caso de que el pleno de los diputados respalde el dictamen, el caso pasará a manos del Senado, cuyos 81 miembros decidirán, por mayoría simple, si efectivamente se abre el juicio contra Rousseff, quien en ese extremo sería separada del cargo durante los 180 días que durará el proceso.
La Cámara baja precisó que en la sesión del viernes serán escuchados en el pleno los abogados responsables de la denuncia y también la defensa de la mandataria, hasta ahora ejercida por el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo. Escuchadas esas declaraciones, los 28 partidos representados en la Cámara de Diputados dispondrán de una hora cada uno para exponer sus posiciones a través de los jefes de cada grupo, lo que será realizado entre el viernes y el sábado.
El domingo estará dedicado a la propia votación, que según se informó será oral, lo que supondrá que cada uno de los 513 diputados deberá acercarse al micrófono del pleno para declarar si apoya o rechaza el juicio político contra Rousseff. El proceso solo llegará al Senado en caso de que sea respaldado por una mayoría calificada de 342 votos, que representan dos tercios de los escaños.
Tanto la oposición, favorable al proceso, como el oficialismo que tilda esa iniciativa como un “golpe”, han convocado manifestaciones para el fin de semana, a fin de presionar a los parlamentarios desde las calles.
También ayer, el Partido Progresista (PP), que tiene la cuarta minoría en la Cámara de Diputados de Brasil, anunció su ruptura con la presidenta Rousseff y que la mayoría de sus 47 diputados votará a favor de la destitución. “El partido sale del Gobierno unido, porque la mayoría ha deliberado y decidido apoyar el proceso” contra Rousseff, dijo el jefe del PP en la Cámara baja, Aguinaldo Ribeiro.