Especulaciones sobre supuestas negociaciones para unir a las pandillas salvadoreñas llevan días encendiendo las alarmas.
En este sentido, el diario mexicano El Universal informó, citando fuentes del Gobierno, del nombre que tomaría la nueva “superpandilla”: 503, en referencia al prefijo telefónico de El Salvador.
La nota iba más allá y, citando “fuentes policiales centroamericanas”, aseguraba que el proyecto podría expandirse a Honduras (donde adoptaría el nombre de 504) y Guatemala (502).
Expertos consultados por LA PRENSA descartan por completo que ese hipotético proyecto tenga visos de realidad.
“Es un absurdo, un sinsentido. Plantear eso es la consecuencia del desconocimiento absoluto del fenómeno de las maras” afirmó el periodista de El Faro, Roberto Valencia.
En términos parecidos se expresó José Miguel Cruz, director de investigación del Centro de Latinoamérica y el Caribe de la Universidad Internacional de Florida: “No lo creo posible. Hay mucha mala sangre entre los pandilleros en la calle.”
Valencia añade que “no se van a fusionar ni siquiera las dos facciones de la 18 (Sureños y Revolucionarios) que se crearon a finales de la década pasada”.
No es descabellado, en cambio, añade Cruz, plantear que “los liderazgos puedan actuar de forma coordinada en algunas coyunturas”, una opinión que también comparte Valencia: “Ya pasó en los últimos años y tiene cierta lógica que, en una marco de virulenta agresión de parte del Estado contras las tres agrupaciones, esas colaboraciones esporádicas aumenten su frecuencia”.
El último ejemplo sería la semiparalización del transporte público entre el 27 y el 30 de julio.
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Rumores interesados
El secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, señaló, el martes, al exguerrillero Raúl Mijango (mediador durante la última tregua) y al periodista Paolo Lüers de estar buscando “la unión de las pandillas”.
En opinión de Valencia, a los mediadores “les interesa crear la idea de que el problema puede agravarse mucho más; como se dice por acá, asustar con el petate del muerto”.
Sin embargo, también señala que “los grupos que están a favor del manodurismo más irracional tienen razones para asustar con la idea de la fusión”.
El periodista no descarta que “dentro de ambas pandillas haya grupúsculos a los que les gustaría un escenario así” pero, a su juicio, “son tan minoritarios que no merecen ser considerados.”
Miembro de la pandilla 18 es fotografiado por las autoridades tras su detención.
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