Desde el inicio de la primavera española, la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (Renfe) pone en marcha sus “cruceros ferroviarios”, como así se denominan a cuatro rutas turísticas donde la historia y el lujo casan para dar servicio por toda la piel de toro.
Cuatro trenes turísticos que, a modo de crucero, embarcan a sus pasajeros durante días -durante la noche se detienen en alguna estación para facilitar el descanso de los viajeros- para completar un recorrido por ciudades y enclaves especiales de la geografía española, sin olvidar el confort y el lujo de sus compartimentos, restaurantes y vagones.
La novedad de esta temporada es que, para adaptarse a la crisis económica, la compañía ferroviaria presenta “mini cruceros”, rutas más cortas asequibles a más bolsillos.
Una ruta inaugurada en 2012 por tierras andaluzas que ya tuvo un 92 por ciento de ocupación y que este año presenta novedades. El tren de viajeros más largo de España, considerado también como el más espacioso del mundo, es una joya del clasicismo ferroviario con paradas en Sevilla, Córdoba, Baeza, Úbeda, Granada, Ronda, Cádiz, Jerez y Sanlúcar de Barrameda sin olvidar el Parque Nacional de Doñana (Huelva).
Un recorrido a bordo del Al Andalus, un tren de cuatro coches salón y siete coches suite –cinco de ellos construidos en Francia en la década de 1920-, que se puso en marcha en 1985 y después de dos décadas prestando servicio de alta calidad y ocho años en vía muerta, sufrió un profundo lavado de cara que se estrenó en 2012.
El resultado es un hotel de primera clase sobre raíles con capacidad para 64 personas que se pueden alojar en 32 suites, con cerca de 400 metros de libre tránsito.