El gobierno boliviano rechazó ayer las críticas de un obispo católico emérito a una eventual reelección del presidente Evo Morales, lo que pareció reavivar los roces con la jerarquía eclesiástica que se creían superados con la visita del papa Francisco al país.
En una obra biográfica de reciente publicación, el prelado emérito de Cochabamba, el italiano Tito Solari (76), señaló que “en Bolivia, la absolutización del Estado y el peligro de la reelección indefinida ya han puesto la democracia en peligro” y se pregunta si tras 10 años “con las mismas personas en el Gobierno, se puede hablar de democracia”.
La ministra de Comunicación, Marianela Paco, dijo que Solari “miente sobre esta acusación de absolutización y riesgo para la democracia”, al tiempo que consideró que la democracia boliviana es de “las más fortalecidas del mundo”. Paco consideró que “no se puede hablar de absolutización cuando el voto del pueblo ratifica (a Evo) las veces que quiera (de acuerdo a) su decisión y voluntad soberana”. Morales fue elegido por primera vez en 2006 con el 54% de los votos y reelegido para otros dos mandatos con votaciones superiores al 60%.