Bochum, Alemania.
La justicia alemana condenó el miércoles a cadena perpetua a un joven de 20 años por un doble asesinato de gran brutalidad que conmocionó al país.
La sentencia, emitida por el tribunal de Bochum (oeste), recuerda que el crimen tuvo 'circunstancias agravantes' puesto que el asesino, Marcel Hesse, mató primero a un niño de nueve años, al que acuchilló 52 veces, y luego a otro joven de 22 años, con 68 puñaladas, porque se refugió en su casa y temía que lo denunciara.
El suceso ocurrió en marzo de 2016. Hesse, un joven 'solitario' que empleaba la mayor parte de su jornada en videjuegos violentos, decidió acuchillar a un vecino suyo de nueve años, sin motivo aparente.
Luego huyó y se refugió en la casa de un amigo al que también mató.
La justicia alemana condenó el miércoles a cadena perpetua a un joven de 20 años por un doble asesinato de gran brutalidad que conmocionó al país.
La sentencia, emitida por el tribunal de Bochum (oeste), recuerda que el crimen tuvo 'circunstancias agravantes' puesto que el asesino, Marcel Hesse, mató primero a un niño de nueve años, al que acuchilló 52 veces, y luego a otro joven de 22 años, con 68 puñaladas, porque se refugió en su casa y temía que lo denunciara.
El suceso ocurrió en marzo de 2016. Hesse, un joven 'solitario' que empleaba la mayor parte de su jornada en videjuegos violentos, decidió acuchillar a un vecino suyo de nueve años, sin motivo aparente.
Luego huyó y se refugió en la casa de un amigo al que también mató.
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Al cabo de tres días se presentó espontáneamente en una comisaría y pidió que lo detuvieran.
Durante sus cuatro meses de juicio Hesse no mostró ningún arrepentimiento. Dijo que decidió pasar al acto porque le habían rechazado el ingreso en el ejército. La Fiscalía pidió la máxima pena ante su manifiesto 'deseo de matar', y el joven aceptó la sentencia sin aparente emoción.