La carrera presidencial en Argentina se largó ayer con un acto multitudinario para pedir a Cristina Kirchner que se postule a la reelección y con el comicio para gobernador mañana en la provincia de Catamarca, arena de la primera puja entre Gobierno y oposición.
“¿Alguno me ha escuchado decir que voy a ir a la reelección?”, había deslizado con ironía la presidenta el 1 de marzo pasado al inaugurar el año parlamentario ante la Asamblea Legislativa (diputados y senadores), en un mensaje sobre el estado de la nación. Kirchner, de 58 años, ha evitado revelar su estrategia, pero decenas de miles de sus partidarios del ala antineoliberal del peronismo se reúnen en el legendario estadio de fútbol de Huracán, en la capital, para pedirle que acepte la candidatura.
“Esperamos que no haya un nuevo renunciamiento”, dijo a la prensa Edgardo Depetri, líder del convocante Frente Transversal (FT), al evocar el masivo mitin de 1951 en el que Evita Perón resignó ser compañera de fórmula de Juan Perón para su reelección, bajo presiones militares.
Dos días después del acto kirchnerista, 1,200 kilómetros al noroeste de la capital, empezará el año electoral cuando Catamarca elija mandatario provincial en un distrito de economía rural y minera, con tan sólo 367,000 habitantes y un 0,8% del padrón nacional.
El comicio tendrá, empero, el valor de mostrar una tendencia en las urnas, con una puja entre el gobernador Eduardo Brizuela, quien procura su segunda reelección por la opositora Unión Cívica Radical, UCR, socialdemócrata, segunda fuerza legislativa, frente a la kirchnerista Lucía Corpacci.
