04/12/2024
01:59 AM

Saca compró el 'palacio de la corrupción” para vivir como los más ricos y famosos

Elías Antonio Saca, 53 años, conocido simplemente como Tony Saca, empredió en 2003 una intensa campaña proselitista —que incluso lo trajo a Honduras— para alcanzar la presidencia de El Salvador y (desde ese lugar privilegiado) sustraer dinero público para vivir como los ricos y famosos de Hollywood.

Para impactar en la voluntad de los salvadoreños, Saca, quien se postuló como candidato por el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), aseguró ser el salvador del país ante la propuesta populista de su rival Schafik Handal, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y frente a la propagación de las maras.

En su afán por llegar al poder, Saca también emprendió una cruzada internacional. En los últimos días de su campaña política arribó a San Pedro Sula para pedir apoyo (en una reunión celebrada en el Centro Social Hondureño Árabe) a empresarios hondureños.

En las elecciones del 21 de marzo de 2004, Saca derrotó a Handal al capitalizar el 58% de los votos, contra el 36% de su rival, y, finalmente, ocupó el lugar que le permitió, de manera planificada, sustraer y apropiarse de $301 millones.

Con parte de ese dinero, el Presidente, por medio de su empresa Promotora de Comunicaciones, compró, según informes de la agencia AFP, una lujosa mansión que posee gimnasio, capilla, cine y cancha de fútbol.

Esta mansión, calificada por las autoridades como “monumento a la corrupción” y “palacio de la corrupción”, fue incautada el viernes por la Fiscalía.

Una enorme puerta de unos 10 metros de alto de madera fina y con vitrales es la entrada a la suntuosa mansión que asombra a sus visitantes, en una exclusiva zona residencial con guardias privados en las faldas del volcán de San Salvador, en la periferia oeste de la capital.

El majestuoso hogar de Saca está rodeado de terrenos cultivados de café y árboles de pino y ha sido valuado en unos 8 millones de dólares (más de 190 millones de lempiras). “Esta mansión la denominamos como el monumento a la corrupción en El Salvador. Es un palacete con lujos que por lo menos su servidor nunca los había visto”, declaró a periodistas el fiscal general, Douglas Meléndez. En la cochera estaban estacionados cinco automóviles de lujo propiedad del ex-Presidente, y que también le fueron incautados.

La opulenta residencia está vacía, y en una de las primeras habitaciones quedó abandonada una caja fuerte, sin nada en su interior.

Saca, quien gobernó El Salvador entre 2004 y 2009, afronta junto con seis de sus colaboradores un juicio por el desvío de fondos públicos durante su mandato.

De acuerdo con La Prensa Gráfica, periódico editado en San Salvador, “en su confesión ante el tribunal Segundo de Sentencia, (Saca) describió el mecanismo que le permitió apropiarse de $301 millones de las arcas públicas: el uso de 16 cuentas en bancos privados, que no fueron autorizadas por la Dirección de Tesorería; una Corte de Cuentas cómplice y complaciente; y un partido político que se sirvió del dinero público para el pago de campaña proselitista”.

Según ese diario, confesó que le transfirió $400,000 en un principio al partido Arena, en el que militaba y el cual presidía, y que luego entregó varios millones de fondos públicos. No precisó cuánto le transfirió a ese partido, pese a que la Fiscalía ha dicho que son $7.6 millones. Parte del dinero, según la confesión ofrecida por Élmer Charlaix, otro de los procesados, sirvió para pagar la campaña para los candidatos a alcaldes y diputados de Arena para el período 2006-2009.

En los últimos días, el exmandatario y tres de sus colaboradores aceptaron la culpa por los delitos de peculado y lavado de dinero y activos a cambio de un juicio abreviado, para reducir a 10 años la pena de prisión a la que está expuesto.

Además de la mansión, la Fiscalía incautó 35 residencias propiedad de Saca y su grupo familiar en todo el país, 46 vehículos, 11 locales comerciales, tres haciendas, seis sociedades comerciales de comunicación conformadas por 16 estaciones de radio y poco más de un millón de dólares encontrados en instituciones financieras.

En el vestíbulo de la casa, dos escalinatas con piso de mármol, pasamanos de hierro forjado y madera, dirigían a otro nivel en donde había no menos de diez habitaciones para huéspedes dotadas de lujosos detalles: candelabros, pisos de fina cerámica o alfombrados, aire acondicionado y jacuzzi.

El centro de la mansión era dominado por un enorme salón con chimenea, bar y grandes ventanales que daban una privilegiada vista panorámica a la ciudad de San Salvador.

Franqueando una piscina dotada de jacuzzi había varios salones utilizados por la familia del expresidente Saca como gimnasio, sala de juegos, sala de masajes, sala de belleza, bar, cuarto de música, y una sala de cine con paredes acústicas. Frente al jardín principal, el expresidente Saca mandó a construir una capilla privada, donde aún permanece una estampa pintada en azulejos del papa Juan Pablo II.

“Es sorprendente el lujo en esta propiedad, parece la mansión de un emir, se nota que no tuvieron miseria en gastar el dinero de los ciudadanos, indigna”, comentó a la AFP el jefe de la Unidad de Investigación de Delitos Financieros, Jorge Cortez, quien junto al Fiscal General mostró a la prensa la enorme y lujosa mansión. Frente a la casa, resguardada por un gran portón de hierro y altos muros de ladrillo y concreto, se encuentra otra propiedad en la que el ex-Presidente mandó a construir una cancha de fútbol provista de iluminación, así como un salón para ejercicios y baile.

A un costado de la cancha figura una sala de “Placas y trofeos”, con algunas preseas que Saca acumuló durante su gestión presidencial.