Siete de los ocho estadounidenses muertos el miércoles en un atentado suicida en una base situada en el este de Afganistán trabajaban para la CIA, la agencia de inteligencia estadounidense, confirmó ayer a la AFP un responsable norteamericano.
El funcionario habló pidiendo el anominato debido a lo delicado del tema.
Un vocero del Talibán, Zabiullah Mujahid, dijo en una declaración que un soldado con el uniforme del Ejército Nacional afgano que llevaba un chaleco adherido con explosivos ingresó a la base y se voló dentro del gimnasio. Un funcionario estadounidense que recibió información sobre la explosión también dijo que el ataque ocurrió en el gimnasio.
En otro episodio, cuatro soldados canadienses y una periodista que viajaba en la unidad murieron el mismo día a causa de un bomba colocada junto a un camino en la provincia meridional de Kandahar, en el ataque más cruento que hayan sufrido las fuerzas canadienses en 2009.
Michelle Lang, una periodista de 34 años del diario Calgary Herald, es la primera trabajadora de la prensa canadiense que muere en Afganistán. Llegó al país hace dos semanas.
Además dos periodistas franceses fueron secuestrados el miércoles por los talibanes en Afganistán, al noreste de Kabul, anunció ayer a la AFP una colega suya.