La extrema derecha francesa revalidó ayer en las elecciones europeas el triunfo que había conseguido hace cinco años y asestó la primera derrota al presidente, Emmanuel Macron, desde que se lanzó en 2016 a la arena política.
Con una participación récord en este tipo de comicios en Francia, 52%, diez puntos más que en las pasadas europeas, la Agrupación Nacional que preside Marine Le Pen obtuvo un cuarto de los votos, con casi el 80% del sufragio escrutado.
Eso le permitiría llevar a la Eurocámara 22 diputados, dos menos de los que tiene en la actualidad.
El partido de Macron obtuvo cuatro puntos menos, lo que le dará al presidente francés 21 eurodiputados.
Le Pen aseguró que Macron hizo de estas elecciones un refrendo de su política y que su derrota supone una desautorización del pueblo.
En Bruselas, el Partido Popular Europeo (PPE, derecha) se impuso como primera fuerza de la Eurocámara, en unos comicios marcados por la progresión de los euroescépticos, pero sin hacer peligrar la mayoría proeuropea, según las proyecciones de la Eurocámara.
El PPE lograría 178 escaños de 751, seguido de socialdemócratas con 152, liberales con 108 y ecologistas con 67. Los tres grupos euroescépticos, ya sean ultraderechistas o conservadores, reunirían en su conjunto 169 eurodiputados.