Dos penales detenidos del ‘Dibu’ Martínez, los primeros de la tanda final para poner todo de cara a Argentina, alimentó el sueño mundial de Lionel Messi, mágico viendo un pase donde otros solo ven rivales en la asistencia al estreno goleador de Nahuel Molina e infalible en los dos lanzamientos de once pasos que lanzó para firmar un sufrido pase a semifinales de Qatar 2022.
EMILIANO MARTÍNEZ (9): el ‘Dibu’ se convirtió en el héroe inesperado de la noche de un partido que pareció sentenciado y en el que tuvo que aparecer cuando lo hacen los grandes, para decidir los cuartos de final. Sus dos penaltis detenidos a Van Dijk y Berghuis disparan su Mundial. Antes, mascó la impotencia de dos goles en la recta final del tiempo reglamentario sin poder hacer nada para evitar el doblete de Wout Weghorst.
NAHUEL MOLINA (9): su estreno goleador con la Albiceleste no podía estar reservado para mejor ocasión. El jugador que había dado el primer susto, apareciendo a gran velocidad y aprovechando todo el carril libre para explotar sus cualidades, encontró el premio ante la genialidad de Messi. Corrió al espacio, controló de zurda, y con exterior del pie, cuando era encimado por un rival, definió con calidad. Su profundidad fue clave y en defensa cumplió para firmar un gran partido.
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CRISTIAN ROMERO (7): la presencia de tres centrales provocó que cayese al costado derecho para cubrir las subidas de Nahuel. Bien en la anticipación, impuso sus metros en el juego aéreo cuando Países Bajos metió algún centro desde las bandas. Pasado de revoluciones, fue amonestado al intentar frenar a un rival y cortar el balón incluso con la mano en el primer acto. Supo medir jugando amonestado hasta que fue sustituido a los 78 minutos.
OTAMENDI (8): se ha consagrado como el jefe de la defensa argentina en el Mundial, indiscutible, una roca ante la que chocar cada vez que un rival intentó generar peligro por su zona. Le ganó el duro pulso que encaró ante Memphis y en su dureza, hasta se llevó compañeros por delante en duelos aéreos, ganando incluso al gigante Luuk De Jong en los momentos finales en los que Países Bajos colgó balones buscando el milagro. En sus incorporaciones ofensivas fue un peligro en las acciones a balón parado. Puro corazón.
LISANDRO MARTÍNEZ (5): el más rápido del centro de la defensa argentina, el encargado de salir al corte en varias acciones verticales de Países Bajos. Menos determinante que sus compañeros de zaga, impreciso en momentos del partido y marcado por su mala defensa en el tanto que resucitó el partido. Perdió la marca de Weghorst y cuando reaccionó ya fue tarde. Fue la acción que levantó de la lona a un rival que parecía noqueado.
MARCOS ACUÑA (7): de su picardía nació la acción que acabó siendo decisiva. Con todo el carril izquierdo para sus incorporaciones, las primeras subidas dejó centros imprecisos teniendo opciones de remate. Cuando decidió jugársela, pisando área rival, provocó el penalti que ponía a Argentina con un 2-0 que nadie pensaba que dejaría escapar. Realizó un gran esfuerzo físico, incansable en su largo recorrido y tuvo que ser sustituido por estar condicionado por una cartulina amarilla recibida en la recta final del primer acto.
DE PAUL (7): su participación estaba en duda pero no mostró en el partido ninguna molestia muscular que le incapacitase para dar el máximo con un gran despliegue. Fue la sombra de De Jong, incomodándolo en todo momento cuando recibió el balón, provocando que retrasase metros ante su presencia continua para poder iniciar jugadas. Se vació en labores defensivas y cuando pudo dar un paso al frente no lo pensó. Suyo fue el primer disparo a puerta de Argentina en el partido que se convirtió en aviso al preceder la acción del gol. Fue el primer cambio a los 66 minutos despedido con la afición argentina en pie.
ENZO FERNÁNDEZ (6): acarició la gloria en el último suspiro de la prórroga con un disparo desde la frontal que desvió un rival y se envenenó, acariciando el travesaño, y un lanzamiento al poste que pudo haber evitado unos penaltis que no olvidará. Fue el único lanzador argentino que falló en su lanzamiento. Fue la manija del equipo en el juego. Por él se inició todo, fiable en el pase, con un criterio que explica su salto a la titularidad para ya no salir de los onces de Scaloni.
MAC ALLISTER (6): tuvo mayor desgaste en fase defensiva que apariciones en la ofensiva. Poca participación con balón salvo algún desmarque de ruptura aislado pero ofreciendo siempre opción de pase a compañeros con su movilidad. Manejó bien el primer toque para desahogar el juego. Impuso su carácter en la medular.
MESSI (9): cuando Leo va más rápido que las patadas que le lanzan rivales, buena señal. Su momento es espléndido. Como su liderazgo. Sabe que es su última oportunidad de ganar su soñado Mundial y ante la responsabilidad está respondiendo. Marcó su décimo tanto para igualar el registro de Gabriel Omar Batistuta como máximo artillero argentino en la historia de los Mundiales, con diez, y en semifinales igualará el registro de Matthäus, con 25 partidos en Mundiales, extendiendo su leyenda. Fino en el uno contra uno, con visión siempre para poner el pase preciso al compañero que lo demanda. Inventó una asistencia de ensueño para romper el partido y marcó el tanto de penalti que dejaba todo a favor. Con el mismo acierto en la pena máxima de la tanda para hacer soñar a todo su país.
JULIÁN ÁLVAREZ (6): el cambio de sistema de Scaloni pasó factura en un jugador por encima del resto, el 9. Fue una isla arriba gran parte del partido, peleando contra centrales de mayor envergadura, con poco que ganar por arriba cuando lo buscaron en largo y dejándose todo lo que tenía en labores defensivas iniciando la presión argentina. No dispuso de una sola ocasión para mostrar su olfato de gol.
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LISANDRO PAREDES (5): fue el primer cambio de Scaloni, retomando el papel de Rodrigo De Paul y el esfuerzo de estar encima siempre de De Jong para evitar que Países Bajos mostrase su fútbol. Sobreexcitado, debió de ser expulsado en los últimos compases del partido, tras realizar una entrada durísima y pegar un pelotazo al banquillo visitante. Marcó su penalti de la tanda.
TAGLIAFICO (6): suyo fue el carril izquierdo tomando el relevo de Acuña. Intentó aportar incorporaciones con peligro y aumentó la seguridad defensiva con oficio defensivo.
PEZZELLA (0): tiró por tierra todo el esfuerzo de 99 minutos realizado por sus compañeros. Sobreexcitado, cometió un grave error ante un rival de espaldas a la portería, arrollándolo sin medir y provocando una falta innecesaria en la frontal del área que la pago cara Argentina con la prórroga.
LAUTARO MARTÍNEZ (8): aportó mucha movilidad en la delantera, generando peligro y luchando en busca de la gloria. La rozó cuando tuvo en sus botas el pase a la semifinal, con derechazo que estrelló en Van Dijk cuando la grada cantaba el gol. No falló ante la presión del lanzador del último penalti de la tanda.
MONTIEL (5): entró en la segunda parte de la prórroga y a los tres minutos de pisar el césped ya había sido amonestado por la dureza con la que se empleó. Cumplió con su cometido en el lanzamiento de su penalti de la tanda.
DI MARÍA (7): cambió el rumbo de la prórroga cuando entró para la disputa de los ocho minutos finales, levantando de la lona a Argentina y aumentando el juego directo. Buscó un gol olímpico y provocó un final en el que encerraron a Países Bajos para acariciar el pase a semifinales sin penaltis. Ha salido de lesión pero dejó muestras de calidad en las acciones que protagonizó.