En cuestión de minutos el presidente Manuel Zelaya recuperó su salud que, según su vocero, había perdido.
Pero no se trató de un milagro ni fue obra de los avances de la ciencia, sino de una extraña descoordinación, confusión o mentira, entre un vocero y el médico presidencial.
Zelaya era esperado ayer en el salón Morazán para encabezar la entrega de subsidios a comunidades, pero el vocero presidencial Guillermo Paz Manueles dijo que el gobernante no asistiría porque estaba 'afectado de la garganta'.
Los presentes, representantes de los sectores beneficiados y diputados, esperaron varias horas para empezar el acto; tras dos horas de retraso se les comunicó que el Presidente estaba mal de salud.
Pero el asesor en salud del Presidente, el doctor Marco Antonio Rosa, desmintió al relacionista público, al decir que Manuel Zelaya estaba muy bien y que no padecía de ninguna afección.
'Ustedes saben que el Presidente no puede estar en todos lados porque su agenda no se lo permite, pero él está bien de salud', indicó.
Dijo que desconocía por qué se informó que el mandatario estaba enfermo.